Tomar agua es fundamental en cada etapa de la vida, y primordial para nuestro buen funcionamiento. De hecho, nuestro cuerpo se compone de un alto porcentaje de agua que se distribuye al interior de las células, tejidos y sangre.

Lo cierto es que, en general, las personas no son tan propensas a tomar agua constantemente, sino que solo cuando tienen sed. Esto se da especialmente en los adultos mayores, que van perdiendo el reflejo de la sed. Se trata de una práctica que debería mejorar, ya que el agua además de hidratarnos, es el motor para que nuestro cuerpo realice sus funciones con normalidad.

Atención con estos puntos

La Dra. Eliana Reyes, nutrióloga e integrante del programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, explica que “lo recomendable para un adulto es tomar alrededor de dos litros al día. Esa dosis permite que nuestro organismo funcione bien, ayuda al cerebro a actuar adecuadamente, beneficia los riñones ayudando a eliminar residuos y mantiene nuestra piel hidratada”.

Si no tomamos agua se pueden producir algunos problemas que afectan la salud, como favorecer la formación de cálculos renales y la alteración de la función renal, ya que se genera menor llegada de líquido al riñón.

La especialista indica que también existen otros inconvenientes. “El estreñimiento también es una consecuencia de no tomar suficiente agua, ya que una buena hidratación favorece un tránsito intestinal normal. Este elemento es vital para todas las funciones de nuestro cuerpo”.