Si bien estamos en una época del año en que se gasta más dinero de lo normal en regalos, adornos y comida, esto no es lo mismo que comprar de manera compulsiva y excesiva, ya que esto puede ser una manifestación de un problema de salud.

El Síndrome de la Compra Compulsiva es un trastorno psicológico del control de impulsos cuya principal característica son las preocupaciones excesivas relacionadas con las compras y la necesidad irresistible de gastar dinero de forma masiva en objetos innecesarios. Esto, acompañado por sentimientos de ansiedad, irritabilidad o malestar, y consecuencias desagradables como el endeudamiento. Tras el alivio momentáneo al realizar la conducta adictiva, la persona comienza a sentir culpabilidad.

Este síndrome no se limita a las personas que sobrepasan las compras más allá de sus medios y posibilidades, sino que también incluye a personas que gastan una cantidad excesiva de tiempo yendo de compras o que constantemente planifican comprar, aunque nunca lo hagan. “En forma característica estas son conductas que la persona no pueden controlar”, explica el psiquiatra de Clínica Indisa, Rafael Sepúlveda.

Buscar ayuda

La compra compulsiva se relaciona con un sentimiento de vacío y la necesidad de llenar faltas emocionales en distintos ámbitos. “En el fondo, no es el objeto en sí lo que les importa, sino que ven en la compra la posibilidad de satisfacer otros temas. Si bien logran de manera breve la satisfacción, la sensación desaparece rápidamente”, puntualiza el especialista.

Otro de los síntomas que se pueden ver a menudo son los problemas financieros, como el sobregiro en tarjetas de crédito y el endeudamiento con familiares y conocidos, tratando muchas veces de justificar la situación.

Al ser un trastorno importante es habitual que este síndrome se una a depresión, ansiedad y carencias emocionales. “Es importante que las personas busquen ayuda profesional, ya que el manejar este trastorno es un proceso de sanar otros temas que van más allá que solo el acto de comprar. También hay que tratar de que estas personas tengan el apoyo de sus cercanos para poder sanar”, afirma el psiquiatra.

Las familias en muchas ocasiones están afectadas y con mucho resentimiento por estas conductas, pero un tratamiento asumido con compromiso y convicción puede unirlas nuevamente para apoyar a la persona que sufre este síndrome.