Las alergias alimentarias infantiles han aumentado su incidencia en los últimos años. Aunque para la doctora Colomba Cofré, gastroenteróloga pediátrica de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE), existe un generalizado sobrediagnóstico, en la edad pediátrica ocurren distintos mecanismos que conducen a alergias, cuyas manifestaciones son variadas y van desde la aparición de ronchas en la piel, a vómitos o diarrea tras la ingesta de ciertos alimentos.
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“El síntoma más frecuente es la presencia de sangre en las deposiciones (proctocolitis alérgica), principalmente en lactantes menores de 6 meses. Son niños que se ven sanos y la causa más común es la proteína de la leche de vaca”, señala.
Medidas
En estos casos, la doctora Cofré señala que la recomendación es suspender la leche de vaca y sus derivados, y observar si persiste el sangrado. Si se mantiene el síntoma, se aumentan las restricciones a otros alimentos como los frutos secos, pescados y mariscos. En general, como se trata de niños menores de un año alimentados de leche materna, la dieta parte por la madre, restringiéndosele la leche y sus derivados, y la soya por similitud; mientras el niño mantiene el tratamiento por al menos 6 meses.
“Habiendo pasado por un periodo de prueba, en que se suspenden los lácteos y el niño mejora, se realiza una contraprueba en que la mamá vuelve a ingerir lácteos. Si el niño vuelve a tener los síntomas, es decir, sangre en sus deposiciones, entonces se confirma el diagnóstico. Ahora bien, si la mamá no tiene leche suficiente o si el niño no está siendo alimentado al pecho, se indica una fórmula láctea en base a proteína de la leche de vaca altamente hidrolizada (proteína fraccionada), eliminando así el alérgeno mediante la hidrolización”, indica.
En el 90% de los casos, cerca del año de vida, es superada esta alergia alimentaria pediátrica, mientras que otros lo hacen a los 2 años.
Prevención
Los gastroenterólogos señalan que el mejor modo de prevenir este tipo de alergias es prolongando al máximo la lactancia materna exclusiva, al menos hasta los 6 meses. También es aconsejable evitar el uso de antibióticos en forma indiscriminada en la infancia, principalmente en los primeros 2 años del bebé. “Hoy existe un problema de sobrediagnóstico de alergias alimentarias, ya que en los bebés existen procesos fisiológicos que se solucionan a medida que crecen, como son, por ejemplo, los cólicos del lactante o el reflujo gastroesofágico. La causa suele ser una inmadurez anatómica y por ello lloran por aparente dolor o vomitan la leche; pero estos no son una patología y muchas veces se atribuyen a alguna alergia alimentaria”, sostiene Cofré.
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Constipación
Para la Dra. Colomba, cerca del 80% de la consulta gastroenterológica pediátrica ambulatoria es del tipo funcional, especialmente por constipación crónica o estreñimiento. Suelen asociarse a procesos de transición, como es el paso del pecho materno al relleno, o cuando se inicia la alimentación sólida. Más tarde, también es recurrente la constipación para dejar los pañales y estrenar el hábito defecatorio en el baño, y ya luego en la etapa escolar, asociada a hábitos alimenticios por la falta de fibra y el sedentarismo. “Es importante que las mamás y papás eduquen los hábitos alimenticios desde muy pequeños, así como también el momento de ir al baño, promoviendo la dedicación de tiempo a la defecación”, puntualiza la experta.
Aprovechemos el verano
- El tiempo de descanso en casa, propio de las vacaciones, es el ideal para promover el consumo diverso de frutas y verduras, especialmente altos en fibra, como el apio, la lechuga, la espinaca, el kiwi, la naranja, el durazno, la sandía y la ciruela.
- Beber al menos 2 litros de agua, y de enseñar lo importante de dedicar tiempo al baño.
- El ejercicio físico es muy importante también para mover los intestinos y favorecer una buena salud digestiva.
- La Dra. Colomba asegura que el mejor formato para comer las 5 porciones diarias de frutas de verduras es en su estado original, con piel o cáscara.
- Asimismo, aconseja extremar los esfuerzos para evitar la comida chatarra, ya que las grasas enlentecen el tránsito intestinal y favorece la constipación.
- La especialista señala que en la primera infancia es muy importante ofrecer y degustar distintas consistencias, sabores y texturas naturales, de modo de ampliar la variedad de nutrientes en el paladar del niño o niña.
- En vacaciones hay más tiempo para preparar platos elaborados y disfrutar de mesas coloridas, con porotos granados, cazuela, carbonada.
- El énfasis solo debe estar en un adecuado lavado de los ingredientes y evitar el uso de sal y azúcar, aprovechando los sabores originales.
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