La motricidad fina no solo nos permite hacer movimientos pequeños y precisos. También es una actividad que le da significado a otros movimientos, permite mejorar el control de la motricidad gruesa y va de la mano con el desarrollo del sistema neurológico.
Es, en ese sentido, una parte fundamental en el aprendizaje de los niños y por eso, expertos como las educadoras infantiles, aconsejan no dejarlo de lado en los procesos de formación.
Cabe mencionar que desarrollar la habilidad no es sencillo. Implica procesos complejos y exige la participación de muchas áreas del cerebro relacionadas con funciones musculares, esqueléticas y además, neurológicas. Pero si bien es un proceso complejo, existen actividades perfectas para potenciarlo, vinculándose al desarrollo de algunos procesos cognitivos importantes en el aprendizaje de habilidades como la lecturay la escritura.
Buenas ideas
A continuación se presentan algunas de estas actividades vitales en los procesos de formación que se llevan a cabo tanto en casa, como en los jardines infantiles:
1-Utiliza la parte de arriba de una botella y unos pompones de colores. Los niños tendrán que insertar los pompones en las botellas con ayuda de unas pinzas
2-En un bowl con agua agrega pequeños elásticos de colores. Con la ayuda de palitos de madera, los niños deben sacar del agua los elásticos.
3-Para esto se necesita una base, bombillas y palos de madera. La idea es que los niños inserten pedazos de bombillas en los palos. Puedes usar unos que sean de papel, para que sea más ecológico.
4-Invita a los niños a insertar bolitas en tubos de colores. Si no tienes tubos, puedes usar pasta en reemplazo.
5-En un cartón traza un camino y haz agujeros. Cada parte del camino debe tener un color. Los niños deben poner palos de colores a lo largo del cartón, según corresponda.