Muchas veces, sin ser muy conscientes, los padres recurren a mensajes contradictorios o a veces, franco chantaje emocional como una herramienta para ejercer control y dominación sobre los hijos durante el periodo de crianza. Aunque parece una estrategia inofensiva, no lo es, ya que influye muy negativamente en el bienestar emocional de los pequeños.
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Si se utiliza el chantaje emocional al interactuar con un hijo, se le está impidiendo desarrollarse saludablemente, ya que es una estrategia inadecuada y perjudicial para la psiquis del niño. El objetivo de todo padre es criar niños felices, autónomos, responsables e independientes emocionalmente, y si se utiliza el chantaje como herramienta se puede estar formando personalidades inmaduras, inseguras, dependientes e inestables emocionalmente.
El niño pensará que las personas le amenazan con castigarlo de alguna manera si no hace lo que se le pide. Desde amenazarlos con dejar de quererlos, hasta comentarios sobre llamar a la policía o al “hombre del saco”, o incluso, perder los regalos navideños, son formas de chantaje y amenaza que se deben evitar a toda costa.
El chantaje emocional es una costumbre tan extendida que, incluso, otros familiares o también extraños la pueden utilizar con tus hijos, sin darse cuenta de que están haciéndoles daño.
Generar miedo no es la manera adecuada de enseñarle a un niño a ser respetuoso, a cumplir con las normas de convivencia, a alimentarse adecuadamente, a controlar sus actitudes, etc. Hay que enseñarles con paciencia, firmeza y cariño, estimulando sus logros y corrigiendo sus errores o faltas, entendiendo que los castigos como pérdida de beneficios o tener que realizar tareas adicionales (como hacer la cama del hermano) pueden llegar a ser una estrategia recién cuando el niño comprenda la relación entre ambas situaciones.
Y JAMÁS recurrir a NINGÚN castigo físico como golpes y agresiones.
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Tome nota
A continuación, ponemos algunos ejemplos de expresiones que deben evitar decir los padres:
- ¡Ya no te quiero!
- ¡Tienes que ir a casa de los abuelos o harás que se pongan muy tristes!
- ¡Si no hubieses hecho eso, papá y yo no nos hubiésemos peleado!
- ¡Me he llegado a enfermar por el disgusto que me diste ayer!
- ¿Te lo has pasado bien en el cumpleaños? ¿No me has echado de menos? Yo he estado solita toda la tarde.
- ¡Papá no te va a querer más si te vuelves a portar mal en colegio!
- ¡Cuando no te comes la comida haces llorar a mamá!
Fuente: Sociedad Chilena de Pediatría.
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