“La verdad es que esto me pilló muy de sorpresa. No me lo esperaba. Mi anterior embarazo lo sentí mucho más de riesgo, porque sangré dos o tres veces por placenta previa; en cambio, ahora iba todo bien, placenta bien ubicada, yo sin molestias y los controles normales. Entonces realmente fue inesperado”, señala la enfermera, asesora de lactancia y creadora de la comunidad
@blactancia.
¿Qué sientes ahora que estás en la clínica con un embarazo que aún no es de término?
Al principio sentí harto miedo. Me sentí incluso muy responsable y culpable porque llevaba al menos cinco días con contracciones intermitentes y no había consultado. Cuando llegué a urgencias no pensé nunca que iba a quedar hospitalizada y menos todo lo que venía. Así que al principio me sentí muy perdida. Pero tengo una personalidad más bien positiva y le doy una vuelta siempre a las cosas. Así que hoy estoy entregada esperando que las cosas fluyan y tomen su rumbo, sea cual sea. Si la Coni quiere nacer antes, aquí la estamos esperando con todo el amor del mundo. Cada embarazo trae un nuevo aprendizaje y ella me ha hecho ver las cosas muy distintas respecto a mi hijo mayor. Él es autista y yo aprensiva. No lograba soltarlo y esta situación me obligó a soltar y a confiar en él mucho más de lo que ya confiaba. Él se ha portado a la altura de las circunstancias y me ha hecho sentir tranquila. Lo que ha pasado nos ha hecho crecer a todos en mi familia.
¿En qué o en quién te apoyas?
Soy muy afortunada y agradecida de mi red de apoyo. Mi mamá ha estado al lado de mi hijo, asumiendo las tareas y labores que yo hacía en el día a día con él. Y mi marido es un padre maravilloso, un apoyo incondicional para mí y para mi hijo. Ellos dos han sido los que me han dado la tranquilidad de poder conectarme con todo lo que viene.
Por otra parte, tengo una familia enorme: abuelos, primos, tíos y amigos que están siempre dispuestos a ayudarme y apoyarme.
Y la tribu de mi comunidad @blactancia ha sido increíble. El leer todos los días mensajes de ánimo, de cariño y de buena energía hace que todo sea más fácil y me permiten enfrentar esto con mucha más fuerza. Estoy muy agradecida de todo el cariño recibido.
¿Qué es lo que más te complica de no estar en casa?
Lo que más me complicaba era no poder seguir haciendo la rutina del día a día con mi hijo, ya que debido a su condición de autismo la rutina es importante para él. Eso me tenía muy preocupada. Pensaba: “Si yo no estoy, nadie más podrá hacerlo, y mi Tomi puede quizás retroceder o estancarse”. Él va al jardín infantil y le ha hecho increíble, entonces no quería que lo perdiera. Tampoco sus terapias, que lo hacen avanzar día a día. Pero gracias al apoyo de mi mamá y de mi marido todo ha seguido igual. Al contrario de lo que yo pensaba, mi hijo se ha adaptado a esta rutina sin la mamá con una madurez que ni yo sabía que tenía.
¿Consideras que el embarazo es un tiempo de preparación para recibir a esta nueva hija?
Creo que sí, y fíjate que me arrepiento un poco de no haberle dado ese espacio… ese espacio justamente de preparación. Soy tan activa en mi día a día y hago tantas cosas que siento que no me di el espacio para prepararme y conectarme más. Quizás por lo mismo me pasó la cuenta.
Creo que debemos darnos ese tiempo de conexión. La vida se transforma y cambia después que ellos y ellas nacen, por lo que conectar nuestras emociones, con el entorno, con lo que viene, es necesario.
¿Te imaginas cómo será esta hija? ¿Tienes alguna expectativa?
En mi primer embarazo tuve muchas expectativas, de las cuales no se ha cumplido ninguna (ríe). Tomás vino a enseñarme eso mismo y en estos cuatro años que he sido mamá lo aprendí. Hoy no tengo tantas expectativas. Es inevitable pensar algunas, pero trato de no hacerlo. Incluso, el no tenerlas me genera menos angustia. Solo quiero que mi hija venga a este mundo a disfrutarlo, a aprender todo lo que ella quiera y a recibir mucho amor de parte nuestra. Al igual que mi hijo mayor, quiero que sean libres de decidir, libres de prejuicios, que crezcan en un ambiente inclusivo, con empatía y valores. Y para eso estamos su papá, sus abuelos, sus tíos, mi familia y yo.