Es cierto que cada niño es un mundo. De hecho, cada ser humano lo es, con sus particularidades tan irrepetibles como extraordinarias. Si la vida —dicen— es un milagro, da la impresión de que la diferencia también lo es. Por eso es tan importante protegerla.
Un profesor enamorado de su labor sabe esto de sobra: cada alma en su salón tiene un ritmo diferente y el éxito de su rol depende de hacerse cargo de la diversidad, llevando a todos desde el punto A al punto B. Para una mamá y un papá, el ejercicio de criar tiene el mismo principio.
Competir es innecesario
Así como los papás y mamás debemos preocuparnos de entregar cariño equitativo cuando tenemos más de un hijo, también debemos cuidar que entre ellos nunca surja competencia de ningún tipo ni que ninguno se sienta detrás de otro. Para que no vean la vida como una pista de carreras en que solo los mejores tienen la atención. Vivir significa más que resultados.
Los plazos son personales
Las reglas de crianza generales no son “reglas” propiamente tal; son orientaciones. Los niños no necesariamente “tienen” que caminar a cierta edad o decir 100 palabras diferentes a los 4 años. Cada alma tiene su ritmo. La ansiedad lleva a algunos padres a consultar por todo o incorporar tratamientos para acelerar procesos de aprendizaje o de relación con el mundo que son personales.
Disfruta los segundos, los minutos, las horas
Una de las sensaciones más amargas que podemos tener como seres humanos es la de no haber aprovechado suficientemente el tiempo. ¡Qué tremendo puede ser para nosotros, como padres o madres, sentir que no hicimos lo que debimos haber hecho! ¡Que no disfrutamos tanto de la alegría o del cariño de nuestros niños! Y que no hicimos nada para cambiarlo a tiempo, porque no nos dimos cuenta… o nadie nos dijo.
Priorizar
Corremos para aprovechar todo al máximo, pero el vértigo nos va quitando salud. Nos enfermamos y nos estresamos para estar en decenas de lugares, a veces en un período demasiado corto. ¿Cómo disfrutar cuando tenemos el reloj en contra? Otro pequeño sacrificio: priorizar y elegir. Hay algo de dolor en cada pequeña decisión, pero también hay profundidad de experiencia.