La prevalencia o riesgo de padecer Trastorno de Pánico en la vida es de alrededor de un 15% en la población chilena, permaneciendo relativamente estable en su presentación.

Está inserto dentro de los trastornos ansiosos, según la última clasificación norteamericana de desórdenes mentales (DSM V), siendo más frecuente en mujeres y en la adultez con mayor recurrencia.

Síntomas

Las crisis de pánico se caracterizan por síntomas físicos y psicológicos. Dentro de los primeros nos encontramos con una variedad de síntomas que se producen por la liberación de catecolaminas, hormonas producidas en las glándulas suprarrenales. Dentro de los síntomas se encuentran:

  • Palpitaciones
  • Sudoración
  • Temblor
  • Falta de aire
  • Sensación de desmayo
  • Dolor o molestias en el pecho
  • Náuseas o molestias gastrointestinales
  • Mareos
  • Hormigueos
  • Escalofríos o sofocos

Además de estas señales físicas, se presentan síntomas psicológicos como miedo a perder el control o volverse loco y sentimientos de irrealidad.

La característica que distingue al trastorno de pánico de otros trastornos de ansiedad es su presentación brusca y repetitiva, sumado a su corta duración de 20 o 30 minutos aproximadamente.

Angustia versus crisis de pánico

El miedo y la angustia son emociones normales cuando nos enfrentamos a una preocupación o amenaza real. Sin embargo, muchas veces confundimos esto con crisis de pánico.

La diferencia es que el pánico ocurre sin una situación externa asociada, sin motivo o gatillante conscientemente conocido. Precisamente, para el diagnóstico de Trastorno de Pánico se requiere que las crisis aparezcan en forma brusca, que sean repetitivas y que generen alguna disfunción en la vida de la persona.

Lo cierto es que quienes vivencian estas crisis se asustan tanto que piensan que tienen alguna enfermedad física, generalmente cardiaca. El temor es tal que creen que al presentarse una nueva crisis van a morir. Esto les produce ausentismo laboral, consultas a distintos médicos y conductas evitativas como no salir de casa por temor a que les ocurra inesperadamente una crisis sin que nadie conocido los pueda socorrer.

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Origen multifactorial

El porqué se produce el Trastorno de Pánico no está claro absolutamente, pero existen distintas teorías de origen psicológicas, genéticas y biológicas. Por ejemplo, una crianza con un apego inseguro o imitación de conductas de ansiedad de nuestros padres son hipótesis acerca del origen psicológico del trastorno. Pero no siempre están presentes, por lo que se plantea una causa multifactorial.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico y tratamiento deben ser realizados por especialistas en salud mental, quienes pueden indicar medicamentos y terapias psicológicas de distinta orientación. Ambos caminos son útiles para tratar los síntomas y disminuir la recurrencia y cronicidad de este trastorno, que puede ser muy invalidante para la persona que lo padece.

 

Por: Dr. Claudio Urzúa. Psiquiatra y Director Médico de Centro Médico Cetep.