6 dosis de autocompasión para madres en cuarentena
La pandemia tiene a las madres sumergidas en múltiples roles muchas horas al día: apoyar el home school, cumplir con el trabajo, coordinar el hogar y promover el bienestar socioemocional de los hijos. Y todo esto en medio de la incertidumbre.
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En este punto es importante la coherencia como mamá. Para transmitir calma y un buen desempeño bajo confinamiento es necesario poner énfasis no solo en lo que decimos y hacemos en casa, sino también en cómo lo decimos y cómo lo hacemos. Cultivar la autocompasión, en vez de la crítica interior, es la capacidad de relacionarnos con nosotras mismas con comprensión y bondad, incluidas nuestras luchas y fallas. De este modo, es: Si la vida es un mar con olas y debemos surfear olas altas y bajas, podemos animarnos a ser realistamente ni más ni menos que humanas. La idea es desarrollar mayor competencia emocional, considerando que toda emoción es relacional, por lo que cuidar la relación que tenemos con nuestro propio ser tiene mucho que ver con cómo cuidamos las relaciones con las personas que amamos. Por eso los sabios dicen que la compasión es la máxima cualidad humana, la más elevada. [irp posts=»9426″ name=»Autocuidado: una necesidad para los padres de hoy»] Esta crisis sanitaria nos induce a aprender algo más de nosotras mismas y experimentar la paz en medio del caos. Invita a parar. A sentir el cuerpo, a reconocer nuestras sensaciones físicas, pensamientos, sentimientos y a hacer una revisión de nuestro funcionamiento presente, y el de nuestra familia. Este aprendizaje para la vida, si se realiza con aceptación y una intención profunda de amor incondicional, será como un faro que alumbra el camino. Nos permitirá recargarnos de energía para seguir en ruta y esforzarnos sin perder el norte. Así podremos fortalecernos y esperanzarnos, cuidando nuestro nivel de agotamiento, protegiéndonos del pesimismo y abriéndonos a la oportunidad de conectar con los ritmos fluctuantes de la vida. Así manejaremos de mejor forma el desaliento ante los desafíos y estaremos cultivando la claridad respecto a lo que nos llena y nos hace felices. Para encarnar estas líneas se necesita abrir el corazón con una actitud de humildad y descubrimiento. En mindfulness, a esta habilidad se le llama “mente de principiante”. Quienes lo practican saben del gozo que genera el lujo de ser aprendiz. Esa apertura conduce a la gratitud, a estar disponibles para nuestros seres queridos y para lo que sea que estemos viviendo. Asimismo, permite observar nuestra relación con esa experiencia y, quizás, amigarnos con aquellas partes de nosotras mismas que nos están costando… nuestros dolores y sombras. Amablemente podemos conectar con las señales que indican formas de sostener nuestras propias partes rotas y humanas, como el desarrollo del coraje interno para acercarnos a la tibieza curativa ante las heridas inevitables que puedan experimentar también nuestros hijos. Esta práctica es nuestro mayor recurso y se aloja en cada ser humano. Es como un superpoder para lidiar con los desafíos y traspasar calma a los hijos. En medio de tanto dolor mundial, el COVID-19 nos da la oportunidad para que la compasión se expanda, para que el amor nos nutra y que conectemos con lo que realmente es importante y nos hace felices. Al esculpirnos a nosotras mismas podemos dar forma a nuestra crianza y a nuestra comunidad. Ahí radica lo relevante de que nuestras intenciones sean profundas y poderosas, y que la crianza consciente sea nuestra forma de cambiar el mundo por nosotras y para nuestros hijos e hijas. Por: Emilou Marguirott. Psicóloga Clínica, coach mindfulness y directora INTERSER [irp posts=»9835″ name=»Padres e hijos en casa: el poder sanador del mindfulness»]
Esta situación puede llevarlas a un estrés agudo, a sobrecargarse con metas irrealistas versus capacidades humanas, a experimentar irritabilidad y transmitirla cuando lo que se quiere es dar un mensaje de calma y seguridad. Además, ante la ansiedad es fácil caer en la inseguridad de pensar si estamos remando en la dirección correcta, pudiendo establecer prioridades enfocadas solo en los resultados en lugar de reflexionar acerca del valor de la vida humana, a la cual debemos entregar condiciones básicas de estrés positivo para movilizarnos y brindar a los hijos un vínculo sano y un trato respetuoso ante la neurodiversidad de cada integrante de la familia.
¿Qué es la autocompasión?
Mirada desde el mindfulness
Paso a paso para tener dosis de autocompasión
Crianza consciente