Alergia o intolerancia alimentaria: ¿cómo diferenciarlas?
Hoy es más común que antes escuchar a algunos padres decir que sus hijos tienen alergia alimentaria. ¿Han aumentado los casos efectivamente? ¿Tienen los padres información correcta al respecto? ¿Es lo mismo alergia que intolerancia?
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Es bastante común que los niños en su primer año de vida, y genéticamente predispuestos, prueben ciertos alimentos y queden «sensibilizados» y en una posterior ingesta, incluso años después, reaccionen con una alergia con manifestaciones cutáneas o digestivas. «En los lactantes, menores a 2 años, comienza la llamada marcha alérgica, una etapa que consiste en ir presentando diversas alergias en el tiempo, con síntomas como rinitis, asma, eczema, etc. Generalmente la alergia a los alimentos del lactante desaparece alrededor de los 2 años y solo un 5% se mantiene hasta los 5 o 7 años», sostiene Cruchet. La especialista señala que en Chile existe una alta prevalencia de alergias alimentarias porque hay mucho sobrediagnóstico. La mayoría de los casos se manifiestan entre los 3 y 8 meses de vida, y al principio es difícil diferenciarlo del cólico lactante, el reflujo y otras intolerancias, lo que tiende a confundir a los especialistas, quienes terminan diagnosticando erróneamente una alergia. De acuerdo con un estudio de 2018 (INTA), en el primer año de vida, 4,9% de los lactantes en hospitales públicos presentan alergia a la proteína de la leche de vaca. El lactante consume el alimento directamente o a través de la leche materna y presenta prurito o manchas en la piel pocas horas o un día después de ingerir la leche. Otras manifestaciones son picazón y ojos rojos, labios, diarrea, reflujo y también estreñimiento. La anafilaxia es la reacción más severa y sucede minutos hasta 2 horas post ingesta, incluyendo compromiso súbito de la piel, síntomas respiratorios, cardiovasculares, gastrointestinales y shock (reacción más grave). La alimentación complementaria en niños con alergias alimentarias comienza a los 6 meses y solo cuando hay remisión significativa de los síntomas. La especialista recomienda comenzar por papillas con verduras básicas, proteínas e hidratos de carbono, aceite de canola y frutas, incorporando alimentos altos en proteínas (carnes, huevo, pescado, legumbres) nuevos cada 2 a 3 días. En el caso de la alergia a leche de vaca existe una respuesta alérgica cruzada a la leche de cabra, oveja, yegua y burra, por lo que no deben ser usadas como tratamiento. Los sucedáneos de la leche recomendados en niños mayores de 2 años son jugo de arroz, soya y de almendras, aunque son deficientes en minerales y vitaminas. Esto último obliga a que sea supervisado por especialistas en nutrición. En caso de que ambos padres sean alérgicos existe un 70% de probabilidad de que sus hijos sean alérgicos. Por ello, se debe tener en cuenta este aspecto en los primeros controles pediátricos. También se sugiere mantener la lactancia materna hasta los 6 meses dado que es considerada un factor protector, así como que la madre mantenga una dieta variada.
La Dra. Sylvia Cruchet, pediatra académica del INTA y directora de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE), explica que la alergia alimentaria es la reacción adversa más frecuente al alimentar a un niño o niña. También existen casos de intolerancia a ciertos componentes de los alimentos, como puede ser el azúcar de la leche (lactosa) u otros azúcares, mientras que las alergias responden más bien a una predisposición genética ante el consumo de ciertos alimentos. Leche, soya, maní, huevo, arroz y pescado son las principales alergias alimentarias en menores de 2 años en Chile.
Sobrediagnóstico
Leche de vaca
Alimentación complementaria
Padres alérgicos