Ese es solo uno de los innumerables beneficios de la lactancia materna, y que ha impulsado a especialistas en salud y crianza de todo el mundo a celebrar la Semana de la Lactancia del 1 al 7 de agosto de cada año.
A continuación, los expertos de Unicef destierran algunos de los mitos que afectan el buen desarrollo de la lactancia materna.
Mito 1: Es normal que la lactancia duela
Después del parto muchas madres experimentan molestias en los primeros días cuando están aprendiendo a amamantar. Pero con el apoyo adecuado para posicionar a su bebé para amamantar y asegurar que esté correctamente agarrado al pecho, se pueden evitar los pezones adoloridos. Si una madre enfrenta desafíos con la lactancia, como dolor en los pezones, el apoyo de un especialista en lactancia u otro profesional capacitado puede ayudarla a superar el problema.
Mito 2: Debes lavarte los pezones antes de amamantar
No es necesario lavarse los pezones antes de amamantar. Cuando los bebés nacen ya están muy familiarizados con los olores y sonidos de su propia madre. Los pezones producen una sustancia que el bebé huele y además tienen «bacterias buenas» que ayudan a los bebés a desarrollar un sistema inmunológico saludable para toda la vida.
Mito 3: El ejercicio afectará el sabor de tu leche
El ejercicio es saludable, incluso para las madres lactantes. No hay evidencia que demuestre que puede afectar el sabor de la leche para tu bebé.
Mito 4: Nunca puedes usar leche de fórmula si quieres amamantar
Las madres pueden decidir si necesitan utilizar fórmula en algunas ocasiones, mientras continúan amamantando. Es importante buscar información seria sobre la leche de fórmula y otros productos que reemplazan la leche materna para tu bebé. Para mantener la producción de leche materna, continúa ofreciéndole el pecho a tu bebé con la mayor frecuencia posible. Puede ser útil que las madres consulten a un especialista en lactancia o a un profesional capacitado para encontrar un plan que les funcione para continuar amamantando.
Mito 5: No debes amamantar si estás enferma
Dependiendo del tipo de enfermedad, generalmente las madres pueden continuar amamantando cuando están enfermas. Deben asegurarse de recibir el tratamiento adecuado y descansar, comer y beber bien. En muchos casos, las madres le pasarán a su bebé los anticuerpos que produjeron para afrontar sus enfermedades o afecciones, ayudándole a su hijo o hija a construir sus propias defensas.