Cuando comienza la lactancia, el líquido de inicio que expelen las mamás se llama “calostro”. A veces también se puede observar desde los últimos meses del embarazo. El calostro es un suero generalmente de color amarillento, aunque su color puede variar entre personas, lo cual no altera sus propiedades.

Su maravillosa composición contiene células vivas, es un fluido vivo que se asemeja a la composición de la sangre. Incluye 60 componentes, 30 de los cuales son exclusivos de la leche humana. Sus inmunoglobulinas protegen al niño de enfermedades, infecciones, virus, etc.

Dudas

Sucede frecuentemente que las madres se angustian debido a este color amarillento y la baja cantidad de calostro en los primeros días. Pero la cantidad que un recién nacido debe recibir es muy pequeña, considerando que su estómago no alcanza el tamaño de una nuez, por lo tanto, la cantidad de calostro que se necesita es la que su madre produce.

La leche madura o más blanca comienza a bajar más o menos desde el cuarto día de nacido el niño y su cantidad aumenta dependiendo de los requerimientos del bebé, pero siempre bajo el estímulo de succión. Sin esto último, la leche no mantendrá su producción ni aumentará su cantidad.

El calostro está adaptado a las necesidades del bebé, haya nacido de término (37 a 42 semanas de gestación) o sea prematuro (menos de 37 semanas de gestación). Por esta razón, a las madres que tienen a sus hijos en los servicios  de neonatología de hospitales también se les solicita extraerse leche (calostro) para que sea entregada por otras vías al bebé, si éste aún no es capaz de mamar directo del pecho debido a su condición.

El calostro es de fácil digestión para el recién nacido. Además, estimula la pronta salida del meconio (excremento del color oscuro) previniendo problemas derivados de la ictericia.

Alimento completo

Nutricionalmente es el alimento más completo que el recién nacido puede recibir. No existe sustituto (fórmula artificial) que iguale sus propiedades. Su composición rica en proteínas es tres veces mayor a la que contiene la leche humana madura. Las proteínas ayudan a facilitar el desarrollo de importantes funciones fisiológicas y a mantener el nivel de azúcar en la sangre.

También contiene vitaminas liposolubles que son 5 a 10 veces más poderosas a nivel de carotenoides, tres veces más a nivel de vitamina A, y 2 a 4 veces más a nivel de vitamina E. Sus vitaminas hidrosolubles están en menor proporción, a excepción de la vitamina B12, importante para el desarrollo del sistema nervioso entre muchas otras cosas.

 

Por: Claudia Serrano, nutricionista y asesora de lactancia materna. www.amamatame.cl