Desde antes de nacer, nuestros hijos nos impulsan a investigar y leer sobre las etapas biológicas y emocionales por las que pasan al desarrollarse.

Es así como nos encontramos con que los sicólogos establecen en este recorrido una etapa importante y que coincide con el comienzo de un ciclo escolar, donde lo mágico va quedando atrás: la llegada de los 7 años.

La denominan la “edad de la razón”, que a juicio de la psicóloga infantil Carola Cornejo, la podemos detectar, entre otras cosas, cuando nuestros hijos comienzan a colocarse en el lugar de otros y a ser más independientes.

La especialista explica que se tiende a denominar «edad de la razón» porque a nivel intelectual existe un cambio importante: se pasa a la reflexión y la comprensión lógica de las cosas, las llamadas operaciones concretas, disminuye por lo tanto el pensamiento mágico. También se desarrolla más la conciencia de sí mismo y la conciencia moral. Los niños de 7 años se sienten más responsables de sus acciones y de sus cosas.

Carola, ¿este fenómeno se manifiesta de la misma manera en niños y niñas?

Aunque no hay dos niños exactamente iguales, los niños y las niñas por lo general pasan por las mismas etapas de desarrollo. Es posible que los temas de interés marquen las diferencias.

¿De qué manera los padres podemos darnos cuenta del cambio de nuestro hijo?
  • El niño o niña es capaz de colocarse en el lugar de otro.
  • Se observa un comportamiento más tranquilo que en el año anterior.
  • Es más responsable y colaborador.
  • Con frecuencia a esta edad se da una nueva fase de «por qué».
  • Sabe conversar con fluidez.
  • Muchos de los hábitos los realiza solo (vestirse, lavado de dientes, etc.)
  • Son más pudorosos.
  • A esta edad los niños ya tienen una idea clara de ellos mismos; saben que son distintos a los demás.
  • Es capaz de distinguir claramente entre lo bueno y lo malo en ejemplos concretos: saben que es malo robar, desobedecer y mentir, entre otras cosas. Ya son capaces de valorar actitudes.
¿De qué manera deben convivir los padres con los hijos en esta etapa?

Los niños en esta etapa necesitan adquirir confianza en sí mismos. Se sienten orgullosos cuando hacen lo que se espera de ellos, quieren agradar y triunfar. Quieren ser niños buenos, ser admirados y valorados. El rol de los padres es contribuir en forma positiva a la formación del autoconcepto del niño. Es un buen momento para asignarle tareas que pueda desarrollar sin problema y que le hagan sentirse útil.

Es recomendable que padre e hijo del mismo sexo realicen actividades conjuntas que les haga tener cierta complicidad, fomentando en el niño el deseo de crecer y transformarse en adulto.

Es muy importante tener presente que un ambiente afectivo favorece el desarrollo adecuado del niño.

¿Qué errores no debemos cometer?

Al constatar la adquisición de estas nuevas capacidades y habilidades se debe evitar la sobre-exigencia, tanto en lo cotidiano como en lo educacional. Así se evita generar culpas en el niño o niña por expectativas no satisfechas.

Los padres deben estar atentos si observan que el niño no participa en las actividades, que se aísla por miedo o por cualquier otra razón, se debe tomar como un indicador de que algo está ocurriendo.

Evitar los retos y las sanciones sin justificación. En esta etapa los niños se rebelan si consideran que la actitud de los padres no es justa.

¿Cuánto dura esta etapa?

Estas características se van acentuando cada vez más hasta llegar a los 11 o 12 años, donde se da paso a la habilidad de pensar más allá de la realidad concreta, las abstracciones.

Cuando un niño entra a una nueva etapa, la etapa anterior continúa a pesar de que la nueva capacidad de pensamiento es el rasgo dominante del período. El desarrollo intelectual es continuo aunque caracterizado por las nuevas formas.