El
suicidio figura como segunda causa de muerte entre adolescentes en nuestro país, más de la mitad de los estudiantes universitarios presentan altos índices de estrés y ansiedad, y la violencia presente en las aulas incide entre un 20 y un 33% sobre el rendimiento académico de los alumnos.
Así la lista puede ser engrosada según la experiencia de cada uno. En ese sentido, el psicólogo, investigador y experto en apego, Felipe Lecannelier, expone que el estrés y las experiencias emocionales inhiben y condicionan negativamente el aprendizaje.
Educación emocional
Estudios revelan que Chile es el país con los índices más altos en emociones negativas como el miedo y la tristeza. Además de quedar posicionada como la nación donde más se castiga y se grita a los niños. Lo anterior porque no existen espacios para expresar las emociones.
Ahora bien, si nuestro país es uno de los que más horas de clases tiene y, por tanto, los estudiantes pasan mucho de su tiempo en las aulas, a los profesores desde la educación inicial a la educación superior alguna responsabilidad les compete.
En esta misma línea, es absolutamente válido preguntarse: ¿por qué (no solo en educación) pareciera que hubiese una “moda” de hablar de las emociones, si como característica innata de los seres humanos siempre las hemos tenido?
Pues, quizás la respuesta esté en nuestra cultura occidental. El rol de las emociones no se ha concebido como serio y prevalece la creencia arraigada que al mencionar que una persona está emocionada representa claros atisbos de irracionalidad, infantilismo e incluso que carece de civilización.
Se derriba el mito
En el año 1997, Daniel Goleman explicó que durante décadas lo cognitivo se ha vinculado a la razón y el cerebro, lo que ha repercutido en ligarlo con lo inteligente, profesional, científico, académico e incluso masculino. Por el contrario, el área emocional se ha relacionado con el corazón, los sentimientos, lo familiar, los instintos y lo femenino. En otras palabras, la tradición ha expuesto que lo racional se ha considerado como superior a lo emocional.
Es gracias a la evidencia empírica que este mito cae y se entiende que educar las emociones es una innovación educativa que responde a necesidades sociales, no atendidas en la educación formal.
Desde nuestra característica innegable de seres sociales que necesitamos ser educados por medio de las emociones, intentando que la educación que impulsemos dentro del aula conserve el principio de “lo socio-emocional”.
Con esa única característica es que lograremos avanzar hacia una sociedad que promueva la inclusión y la equidad y que además, trate de erradicar fenómenos anómalos que vivimos actualmente, con la conciencia de que quizás los efectos positivos de nuestro actuar no los disfrutaremos nosotros mismos sino nuestras generaciones futuras, lo que se vincula al principio de sostenibilidad y, por otro lado, al valor de la empatía que es fundamental para desarrollar la significación de lo social.
Fuente: Fabiola Inostroza, Jefa de Carrera Educación Diferencial de la Universidad Santo Tomás Los Ángeles.
[irp posts=»6787″ name=»Leer cuentos: clave para la comprensión lectora y el desarrollo socioemocional del niño»]