Hoy en día, en el contexto de la escuela surgen diversos factores de estrés, como las barreras que muchos niños perciben para lograr aquello que se les solicita, lo que termina por traducirse en una falta de confianza en sus capacidades para poder aprender.

A través de una charla, la neuropsiquiatra Amanda Céspedes enseña a detectar y prevenir el estrés, explicando en qué consiste, cómo se manifiesta y por qué impide que nuestros niños aprendan. Junto a ello, nos ofrece las claves para lograr aprendizajes sólidos.

¿Qué es aprender?

Aprender es adaptarse a un mundo que cambia y nos desafía constantemente. Aprendemos desde que nacemos. El recién nacido aprende durmiendo y al crecer va adquiriendo aprendizajes informales. Llega un momento en que accede a un aprendizaje formal o escolar, que de alguna manera nos desafía y obliga a adaptarnos.

Desde el punto de vista neuronal, aprender se traduce en redes neuronales que se van haciendo más complejas y sofisticadas. La base de ir haciendo redes es la sinapsis, que es cuando dos neuronas hacen contacto. No basta con hacer sinapsis, sino que se requieren buenas sinapsis. Por ello, la clave de los aprendizajes sólidos radica en saber conectar entre sí adecuadamente las neuronas y favorecer la formación de mielina.

Desde el punto de vista neuropsicológico, aprender es lograr una meta. Esto tiene 2 etapas: la expectativa (no lo sé) y la recompensa (lo logré). Esta pasión por aprender requiere de algunas condiciones. Una de ellas es sentirse capaz de aprender, y en ese sentido vemos muchos niños que no aprenden porque los hemos convencido de que no son capaces, y eso es un factor de estrés en la vida de los niños.

¿Qué es la mielina?

Es un material formado por agua, proteínas y sustancias grasas que recubre los axones o fibras largas de las neuronas en el cerebro y la médula espinal, aumentando la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos. Con menos mielina, los impulsos se vuelven más lentos afectando las funciones cognitivas, motrices y sensoriales. El 70% de la mielina se forma antes de los 5 años y el 30% restante entre los 7 y los 25 años. Por eso el abuso de alcohol es tan grave en adolescentes, ya que destruye la mielina; por ende, influye en la inteligencia. Entre los factores que favorecen la producción de mielina están:

  • Información genética.
  • Alimentación: lactancia materna y alimentos que contengan grasas omega tres.
  • Experiencias motoras: movimiento, música, manualidades.
  • Afectividad en los cuidados básicos.

¿Qué es el estrés?

La vida no es siempre amable y a veces ocurren situaciones negativas. Cuando las demandas de la vida nos sobrepasan y se convierten en amenazantes hablamos de estrés, es decir, cuando se desbordan los recursos de afrontamiento.

Hay dos tipos de estrés que dañan el organismo: el estrés implacable (guerras, desplazados, accidentes, cataclismos, asaltos) y el estrés crónico (miseria, negligencia afectiva, maltrato, abuso, inseguridad ciudadana, disfunción familiar). Cuando el estrés es pasajero puede no ser tan dañino, pero cuando se queda con nosotros se produce el gran problema.

El estrés afecta 5 áreas: mente, cuerpo, sistema inmune, sistema hormonal y conducta. Algunas señales que nos avisan de estrés son:

  • Ideas obsesivas
  • Alergias prolongadas
  • Conducta oposicionista
  • Irritabilidad
  • Dolores abdominales, cefaleas
  • Desórdenes hormonales
  • Trastornos del sueño

¿Cuál es la relación entre el estrés y el aprendizaje?

Al sufrir estrés vamos a liberar adrenalina y cortisol. La adrenalina es el mensajero de la ansiedad y el miedo. El cortisol es el que provoca una alarma general de todo nuestro organismo, que nosotros vivenciamos como terror o pánico.

El cortisol es muy corrosivo, y a menor edad del niño, es más corrosivo aún. Daña las estructuras encargadas de la armonía emocional, indispensables para aprender, que favorecen el aprendizaje, que están bajo la corteza cerebral y son muy delicadas. El cortisol afecta también las dendritas o ramificaciones de las neuronas de la corteza, encargadas de hacer sinapsis, las que son clave para que se establezca una red y se favorezca el aprendizaje. Por ende, el estrés impide aprender.

¿Cómo se combate el estrés?

Los neurotróficos son agentes químicos encargados del crecimiento y supervivencia de las neuronas durante el desarrollo. También mantienen la funcionalidad de las neuronas maduras y reparan las neuronas dañadas.

Entonces, para protegerse del estrés debemos producir neurotróficos, como la dopamina (se libera al reír, jugar, estar en movimiento, estar acompañados en la naturaleza), serotonina (se libera con la música, arte libre, contacto a solas con la naturaleza, meditación, pilates, mindfulness) y la oxitoxina (se libera con los abrazos afectuosos, masajes, las manos unidas, la mirada y voz suave y cariñosa, la ternura, el beso).

Mientras más sustancias beneficiosas producimos, más protegidos estaremos contra el estrés. Y en el caso de los niños, vamos a favorecer el aprendizaje.

¿Qué beneficios se logran con estos tres elementos?

  • Cuando liberamos mucha dopamina en condiciones naturales se estimula la creatividad y el deseo de aprender.
  • Con la serotonina se produce sosiego en nuestro interior; se abren nuestros canales mentales a la apreciación de los bello; se favorece nuestra conexión con lo sagrado y la trascendencia; estimula la búsqueda de la armonía, el llevarnos bien los unos con los otros. Cuando estamos ansiosos la serotonina nos calma sin tener que recurrir a fármacos.
  • Con la oxitocina se favorece la producción de serotonina, por lo cual también se le considera un ansiolítico natural. También borra los aspectos dolorosos de las experiencias y amplifica los aspectos positivos; estimula la afiliación, por lo que se le ha llamado la hormona del amor.

¿Cómo crear una atmósfera para proteger a los niños del estrés?

  • Aceptación sin condiciones.
  • Respeto.
  • Valoración, estímulo, reconocimiento.
  • Comunicación afectiva.
  • Protección.
  • Amor explícito.