El ensayo clínico, liderado por la doctora y directora científica del Programa de Terapia Celular Clínica, Joanne Kurtzberg, está actualmente en Fase 2, doble ciego, con el objetivo de evaluar la eficacia de la infusión de sangre del cordón umbilical para mejorar los síntomas centrales del TEA, tales como la comunicación y comportamiento en los niños.
“La mayoría de las veces la sangre del cordón umbilical se desecha porque se desconocen sus múltiples usos. Ya es utilizada para terapias aprobadas en cánceres de la sangre, pero también hay avances importantes en fases iniciales de ensayos relacionados con otro tipo de enfermedades, como el Trastorno del Espectro Autista”, señala Pablo De Simone, director médico del Banco Público y Privado de Vidacel.
Detalles
En un seminario web organizado por Vidacel, la Dra. Kurtzberg explicó que “para el caso del estudio en TEA usando células madre mesenquimales vamos a tener resultados en unos 18 meses. Si ese estudio muestra beneficios vamos a seguir adelante postulando para una licencia con la FDA”.
Asimismo, la Dra. Kurtzberg adelantó que realizarán un estudio Fase 3 para la utilización de células de tejido y sangre de cordón, de manera que la FDA incluya el tratamiento como parte del cuidado estándar de niños con TEA.
Este estudio, que lleva años de trabajo, ya superó la Fase 1 donde se evaluó la seguridad del uso de sangre de cordón umbilical en 25 niños con TEA. Algunas de las conclusiones iniciales fueron:
- Los padres reportaron mejorías en las habilidades sociales.
- Los médicos tratantes observaron disminución de síntomas graves.
- Hubo un aumento significativo en el vocabulario.
- Mayor capacidad de atención.
- Mejoras en el comportamiento.
TEA: mayor prevalencia
Según la OMS, 1 de cada 160 niños padece TEA en el mundo, lo que se ha incrementado en países desarrollados debido a la mejora de herramientas diagnósticas y la mayor educación al respecto.
“Es un problema de salud cada vez mayor en Estados Unidos. Actualmente cerca del 2% de los niños de ese país tiene autismo y hasta el momento no hay medicamento aprobado por la FDA”, dijo la Dra. Kurtzberg.
En este contexto, actualmente el diagnóstico precoz es clave para realizar una intervención temprana. Incluso hay diversas investigaciones que señalan que, mientras antes se diagnostique, mejores serían los resultados en los niños, quienes tendrían una evolución más normalizada.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que todos los niños sean evaluados para detectar TEA durante su visita de control a los 18 y 24 meses.
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