Desde el momento de la concepción, los pechos de la futura madre comienzan su lento pero progresivo proceso de preparación para producir leche materna, la cual alimentará a su bebé después del parto.

El proceso es maravilloso: los pechos pasan a realizar su verdadera misión, que se concreta una vez expulsada la placenta en el parto. En ese momento se disparan los niveles de prolactina.

De acuerdo a Claudia Serrano, nutricionista y asesora de lactancia, durante el primer trimestre del embarazo los pechos ya muestran ciertos cambios, pues aumentan su tamaño y volumen. Además, manifiestan cierta sensibilidad. Durante todo ese tiempo, el estrógeno y la progesterona trabajan para producir el primer fluido, el calostro. A contar del cuarto mes de embarazo el cuerpo empieza a producir hormonas que estimulan el crecimiento del sistema de conductos de la leche en las mamas.

“El calostro es el primer alimento del bebé. Es una bomba de nutrición e inmunidad y se encuentra preparado para salir desde aproximadamente las 30 semanas de embarazo. Es por eso que algunas madres notan salidas sutiles de líquido estando embarazadas. Una vez nacido el bebé, el calostro se mantiene hasta el cuarto día aproximadamente”, señala.

Cada mama contiene más o menos 20 grupos de glándulas secretoras de leche, las cuales se conectan con el pezón a través de conductos. A contar del cuarto día tras el nacimiento, y producto de la estimulación que hace el bebé con las constantes succiones, se produce el descenso de la leche. La hormona oxitocina es responsable de la estimulación de las células musculares que rodean los alveolos. Hacen que el tejido mamario se contraiga, que el pezón se erecte y finalmente causan la expulsión de la leche hacia los conductos lactíferos.

En este periodo muchas madres comienzan a experimentar sensación de hormigueo, una especie de contracción menor en sus pechos y un leve goteo con solo pensar, oír o tener la intención de dar de mamar al bebé.

 

Recomendaciones

Cabe recordar que las recomendaciones oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) respecto a la lactancia son:

-Lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, con el fin de ofrecer a los niños un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.

-Hasta los 2 años o más, los lactantes deben seguir con lactancia materna complementada con otros alimentos nutritivos.