Desde la perspectiva de la evolución de la especie humana, el embarazo tiene la atribución de ser el evento vital único y propio de la femineidad capaz de prolongar y preservar la especie. Tales características transforman a las mujeres en actores fundamentales e insustituibles de nuestra sociedad.

Considerado popularmente como un estado de alegría obligada, esperable y necesaria, lamentablemente esto no siempre se da en forma automática y espontánea. A los cambios físicos, psíquicos y hormonales se suma a veces la preocupación o problemas que pueda estar viviendo la futura madre, lo que trae de la mano el temido estrés.

¿Pero influye el estrés en la salud de la madre y del bebé en gestación? Valeska Woldarsky, psicóloga del Centro Médico CETEP, señala que el riesgo para el embarazo se sitúa cuando estamos frente a una situación de estrés muy alto y sostenido en el tiempo. Acá van 3 puntos importantes sobre este tema:

Uno

Estudios han encontrado una asociación entre el estrés materno durante el embarazo y el riesgo de que los hijos desarrollen síntomas de hiperactividad, problemas de comportamiento y ansiedad.

Dos

Es necesario tener en cuenta que el estrés provoca liberación de cortisol, coloquialmente llamada la “hormona del estrés”, la cual aumenta su concentración en el líquido amniótico, transmitiéndose directamente al bebé. Estos aspectos, sostenidos en el tiempo, podrían tener consecuencias en el desarrollo, tales como un menor crecimiento fetal, mayor riesgo de abortos espontáneos y aumento de la presión arterial de la madre, así como también partos prematuros y bajo peso al nacer.

Tres

Dentro de los principales aportes de los estudios en neurociencia se encuentra la posibilidad de detectar de manera temprana factores de riesgo en el embarazo, lo cual favorecería una intervención preventiva en mujeres que estén sometidas a algún tipo de estés sostenido.