El frío y el invierno llevan varias semanas instalados y aunque la mayoría de las personas se queje de ellos y esté ansiosamente esperando la llegada de la primavera, existe un porcentaje de la población que manifiesta desánimo y lo pasa peor que el resto y sufre drásticos cambios de ánimo que escapan de su control al no poder estar en contacto con la luz solar.

Según explica Joanna Klaber, sicóloga de Clínica Avansalud, el cambio estacional es una de las múltiples causas de la depresión y tiene que ver con la pérdida de luminosidad asociada a la llegada del invierno y la disminución de las horas de luz. “Se trata de un fenómeno que ocurre en todo el mundo y existen estudios científicos que han demostrado que la falta de luz influye en el equilibrio químico de los neurotransmisores del cerebro”, acota la especialista.

De acuerdo a las estimaciones de los expertos, el cerebro responde negativamente a la disminución de la exposición a la luz natural. “Aún no se tiene claro por qué sucede, pero se cree que la luz solar cumple un rol importante en la producción de hormonas clave en el cerebro”, agrega la sicóloga.

La llegada del invierno implica también más horas de encierro y un cambio de hábito alimenticio y hormonal. “Muchas veces las personas engordan porque hay una mayor necesidad de consumir carbohidratos, está más oscuro y sólo dan ganas de dormir y no salir a ninguna parte. Todos estos factores ayudan a que la persona se siente más deprimida y caiga en el círculo de no hacer muchas cosas”, explica Klaber. De hecho, en algunas personas este desgano puede ser causa de depresión, “la que se conoce como trastorno afectivo estacional y puede ser tratado tanto con fototerapia como con antidepresivos y sicoterapia”, añade la especialista.

Solución: más luz

Si bien este desánimo afecta a hombres y mujeres, éstas últimas pueden sufrir mayores índices de depresión estacional debido al desorden hormonal, que en ellas es más evidente. “Puede afectar a adultos, adolescentes y niños y, aunque la mayoría de las personas no sufre depresión estacional, se cree que algunas son más sensibles que otras a las variaciones de luz y, por lo tanto, pueden experimentar cambios más dramáticos en la producción hormonal que depende de su exposición a la luz. En el caso de los niños también sucede, pero no hay una edad de mayor frecuencia. Las mujeres tienen más probabilidad de desarrollar síntomas de depresión, lo mismo que las personas con parientes que han experimentado depresión”, dice Joanna Klaber.

Entre los consejos que se pueden seguir para enfrentar los cambios de ánimo en invierno, Klaber recomienda aprovechar al máximo la exposición a la luz del sol en las horas en que está presente y también hacer uso de ambientes abiertos y al aire libre. La profesional agrega que en casos más graves la persona se puede tratar con fototerapias (terapia a través de luz), medicamentos y sicoterapia. “Idealmente, las personas que pueden viajar a países que están en verano pueden beneficiarse, pero también es de ayuda realizar cambios en la dieta y fomentar la práctica de ejercicio, ya que ambos son factores que ayudan a mejorar el estado anímico durante los meses de invierno”, puntualiza.

En todo caso, la sicóloga explica que “generalmente cuando regresa la primavera y los días vuelven a ser más largos, las personas experimentan alivio de sus síntomas y su estado de ánimo y los niveles de energía se normalizan”.