El nacimiento de un bebé convierte a los hijos o hijas en padres y madres, y a sus respectivos padres y madres en abuelos o abuelas. En ese momento la familia experimenta un período de crisis evolutiva al asimilar la llegada de un nuevo integrante, enfrentándose a un profundo cambio en los roles familiares, lo que trae consigo desafíos y nuevas tareas para cada integrante.

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