Diversos estudios muestran cómo la carencia de padre es la que ocasiona la mayoría de los problemas sociales actuales, desde la pobreza y la delincuencia, hasta el embarazo adolescente, abuso infantil y violencia intrafamiliar.

La Dra. Andrea Aguirre y la Dra. María Tatiana Estefan, ambas psiquiatras infanto-juveniles de Clínica Universidad de los Andes, comentan que el efecto de la ausencia de padre en la salud y bienestar de los niños puede manifestarse en trastornos emocionales, comportamiento, rendimiento escolar, problemas de relación con los pares, dificultades en la salud física e incluso puede afectar el vínculo con la madre. “Sin la guía y dirección de un padre, la frustración de los niños les conduce a variadas formas de violencia y comportamiento antisocial. El padre juega un rol “separador”, permite que el niño se diferencie de la madre, si está ausente en forma física o psíquica (está pero no participa) es probable que en la adolescencia el niño utilice la violencia-transgresión para afirmar su propia existencia”, señala la Dra. Aguirre.

La Dra. Estefan indica que padre y madre son irremplazables. “Sus roles y enseñanzas son fundamentales e insustituibles. En ausencia del padre, la madre podría cumplir con ciertas funciones de la figura paterna, pero también es importante que los niños puedan afianzar otros vínculos con figuras masculinas con quienes el niño o la niña se sientan seguros y queridos”.

La Dra. Andrea Aguirre precisa que los niños que se han beneficiado de la presencia de un padre interesado en su vida académica, emocional y personal, tienen mayores coeficientes intelectuales y mejor capacidad lingüística y cognitiva; son más sociables; tienen mayor autocontrol; sufren menos dificultades de comportamiento en la adolescencia; sacan mejores notas; son más líderes; tienen la autoestima más elevada; no suelen tener problemas con drogas o alcohol; desarrollan más empatía y sentimientos de compasión hacia los demás; y cuando se casan tienen matrimonios más estables.

Por otro lado, es importante no confundir el rol de padre con el de un amigo. “El ser padre incluye afecto, disponibilidad, confianza, respeto mutuo, cercanía, cualidades importantes en una amistad. Sin embargo, para un desarrollo sano, los niños necesitan límites, disciplina y conductas fijadas por los padres, siempre acompañados con amor. Es primordial ir desarrollando una relación de confianza y respeto mutuo, propia de un vínculo sano entre padres e hijos. Las conversaciones deberían darse con un trato cercano y con una escucha activa y abierta acerca de las inquietudes e intereses de los hijos”, indica la Dra. Estefan.

 

El padre ayuda a…

–              Desarrollar una mayor autonomía e independencia

–              Impulsar la diferenciación y la tipificación sexual

–              Promover la adquisición de los valores sociales y el desarrollo moral