Los padres pueden usar la rueda de las emociones para enseñar a los niños a expresar sus emociones. Esta herramienta contiene los sentimientos básicos en el círculo interior y los sentimientos más específicos en el círculo exterior. Leer artículo completo
La rueda de las emociones tiene tanto imágenes como palabras para facilitar que los niños identifiquen sus sentimientos. Los niños que todavía no conocen las palabras para expresarlos pueden usar los dibujos.
¿Por qué usarla?
Los niños tienen emociones desde que nacen. No obstante, el lenguaje para expresarlas tarda muchos años en desarrollarse. Cuando no conocen las palabras para decir cómo se sienten, sus sentimientos pueden reflejarse en su comportamiento. Esta puede ser una experiencia frustrante para cualquiera.
La rueda de las emociones puede ayudar a los niños a relacionar los sentimientos con las sensaciones corporales y las palabras. También puede enseñarles que está bien expresar sus emociones y les proporciona las palabras para hacerlo.
¿Cómo usarla?
Los niños necesitan instrucciones para usar la rueda. Estas son algunas maneras de empezar:
Primero, muestra la rueda a los niños en un momento de calma. Es difícil aprender algo nuevo cuando las emociones nos dominan.
Pide a los niños que señalen un emoji o una de las palabras de los sentimientos básicos (contento, triste o enojado). A continuación, hablen de cuándo podrían sentir esas emociones y por qué.
Si los niños tienen más edad, hablen de las palabras más complejas como molesto, avergonzado o celoso.
Hablen de cómo están agrupadas las emociones en la rueda. Hazles saber que es posible que los sentimientos no concuerden con una palabra o un grupo. Podrías decir: “Los sentimientos son confusos. A veces es difícil escoger solo una palabra para expresarlos”.
Una vez que los niños aprenden a usar la rueda, pueden utilizarla para expresar cómo se sienten durante o después de un momento difícil. Intenta estos pasos:
Pregúntales si les gustaría usar la rueda para expresar cómo se sienten.
Diles que no tienen que hablar si no quieren hacerlo. Pueden señalar las palabras o los dibujos.
Si se niegan o parecen demasiado agitados para usar la rueda, guárdala hasta que estén más tranquilos.
A medida que se sientan más cómodos utilizando la rueda, pueden conversar sobre algunas formas para calmarse que podrían funcionar dependiendo de la emoción.
Y es que cuando los niños son capaces de identificar sus emociones y hablar de ellas, pueden aprender a sobrellevarlas.
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