¡Cuidado con las metas!
Por ejemplo, en un caso un padre desea que su hijo sea una figura del fútbol y el pequeño desea lo mismo y se siente importante cuando puede concretar su deseo de jugar al fútbol en forma exitosa; en otro caso, la niña es inducida a realizar grandes sacrificios para lucirse en una academia de danza que a ella en el fondo no le interesa —o para la cual no tiene las condiciones que se exigen— y al no triunfar termina sintiéndose inferior.
Estas metas que los niños o los padres se proponen —consciente o inconscientemente— están íntimamente relacionadas con la autoestima y pueden o no ser alcanzables, dependiendo de la edad, capacidad y características del niño. Por eso, es preciso ser cuidadoso ya que las exigencias parentales muy elevadas o que no concuerdan con las realidades o posibilidades de desarrollo del hijo pueden derivar en sentimientos de inferioridad (inhibición, humillación, desvalorización) cuando el niño siente que no logra alcanzar estas exigencias.
Pasividad o temeridad
A su vez, esto puede determinar conductas tanto de pasividad:
- Ser constante objeto de burlas.
- No saber defenderse de agresiones.
- Aislarse.
O bien puede generar conductas de temeridad e incluso de alto riesgo:
- Involucrarse en peleas callejeras.
- Gusto por la velocidad.
- Conducta sexual promiscua.
Todo esto como un intento “erróneo” de recomponer su imagen y elevar su autoestima.
¡Cuidado con la desvalorización!
Pero, por otra parte, también la autoestima puede estar influenciada negativamente por padres que desvalorizan al hijo de diversos modos, ya sea porque el eventual éxito de este puede ser vivido como una amenaza a su propia valoración o por otras circunstancias relacionadas con la historia personal y/o familiar de cada pareja de padres.
En síntesis, es básicamente la actitud de los padres hacia el niño la que determina la valoración que el niño tendrá luego de sí mismo.
Tres influencias
En definitiva, la autoestima está directamente influenciada por:
- El amor y actitud de los padres
- Los ideales y exigencias del niño
- Los ideales y exigencias depositadas en él por los padres u otras figuras significativas.
Es necesario reconocer —tanto para los padres como para los hijos— que todo niño es importante más allá de sus deseos, ideas, sentimientos, capacidades y características físicas. Y se sentirá valioso en la medida en que sea respetado y querido con sus propias particularidades, que suelen ser diferentes de las de las demás personas.
Fuente: Libro «Respuestas a 50 preguntas básicas para entender y criar mejor a los hijos», escrito por Mónica Diner, psicóloga y directora de CEPIA.
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