Actualmente son 80 las patologías cubiertas por el Plan Auge, tanto para los beneficiarios de Fonasa como Isapres. Dentro de ellas destaca la diabetes, hipertensión, algunos cánceres, el VIH o la artritis reumatoide, por nombrar algunas patologías que tienen garantizado su tratamiento.

Durante el primer trimestre de 2019, el Gobierno debería anunciar el nuevo decreto que regirá a las también llamadas Garantías Explícitas de Salud (GES). Por lo pronto, las autoridades ya tendrían al menos una enfermedad acordada para sumar al Plan Auge para el próximo año: la depresión para menores entre 10 y 15 años. Así lo comentó María Paz Araya, asesora del departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud.

Según la profesional, «una de la explicaciones que se han dado de cómo impacta la política pública en la reducción de tasas de depresión se debe a que tenemos GES, que es el factor de riesgo más importante para mayores de 15 años. Y ahora se va a implementar —que es lo más seguro— la depresión de 10 a 15 años; así cubrimos de 10 años en adelante la depresión, como factor de riesgo principal de suicidio».

La profesional agregó que al sumar la depresión desde más temprana edad, junto a que «tenemos GES para trastorno bipolar, de esquizofrenia y para tratamiento de alcohol y drogas en menores de 20 años» se trabaja de mejor manera la salud mental de los jóvenes y niños ya que las tres patologías mencionadas «son las que más se asocian a suicidio».

Buena noticia

Para el decano de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián, Claudio Orellana, de llegar a sumarse la depresión en menores de quince años «sería una muy buena noticia».

«En general, los indicadores nacionales de salud mental muestran que ha habido una adelanto de la presencia de trastornos en la esfera de la socio-afectividad en nuestra población. Si bien hace 20 o 30 años estos trastornos eran aplicados fundamentalmente a la población de 30 a 40 años, cada vez hemos ido viendo cómo el inicio temprano de cuadros de este tipo aumenta en frecuencia, con las complicaciones que conlleva en términos de la salud metal posterior, especialmente en adolescentes y niños».

Orellana añade que se sumarse la depresión para menores de 15 años, sería una muy buena notica por dos factores. «Uno, porque la incidencia ha aumentado y por tanto, desde el punto de vista de salud pública, el Estado tiene que intervenir y cuidar a su población desde el más breve desarrollo. Y dos, porque en trastornos del ámbito de la afectividad, específicamente la depresión o cuadros de angustia, pueden tener impactos importantes en el desempeño académico de los niños. Entonces tiene un correlato inmediato en su proceso de aprendizaje y por otro lado en el desarrollo normal —por así decirlo— del sistema nervioso central».

Impacto mayor

Agrega que «se sabe que todo aquel factor que altere o dañe como el consumo de alcohol y drogas, y también el trastorno de la efectividad pueden generar deterioros importantes en el proceso de desarrollo. Entonces no es lo mismo el impacto de una depresión en un adulto que en un niño. En los menores, eventualmente podría tener algún tipo de impacto mayor y desde esa perspectiva, se hace doblemente necesario intervenir».