Reflexiona sobre estas preguntas: ¿tu hijo se siente abrumado a veces por imágenes y sonidos? ¿Las cosas aparentemente pequeñas, como las costuras de los calcetines o las etiquetas de la ropa, les molestan? ¿Le molestan los sabores u olores intensos? ¿Le afectan profundamente los cambios en la conducta y las emociones de los demás (cuando lo retan, cuando otros sufren)? Si la respuesta es sí, quizás tu hijo es parte de los niños altamente sensibles.
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