La adolescencia es una etapa de cambios físicos y hormonales, además de un momento en que las personas se enfrentan a nuevas reglas sociales. Los adolescentes buscan pertenecer a un grupo y encontrar una identidad propia, alejándose un poco del núcleo familiar y acercándose más a los amigos.

“Incorporar estos cambios a la realidad que se vive y la creación de una nueva imagen corporal suponen un verdadero esfuerzo adaptativo y conllevan un período de vulnerabilidad”, explica la psicóloga de Clínica Indisa, Valentina Bravo.

Se trata de una etapa en que poder cumplir con los cánones de belleza establecidos socioculturalmente muchas veces se transforma en algo muy importante. Si estos no se pueden alcanzar, algunos jóvenes pueden sentir una gran frustración.

“Por ejemplo, la insatisfacción con el propio cuerpo de muchas adolescentes surge de lo que se denomina la comparación social”, dice la especialista.

Agrega que “hoy en día se es la imagen del cuerpo que se posee, la totalidad de la identidad pareciera sostenerse en el cuerpo y en el sacrificio dedicado a trabajar la propia exterioridad, lo que se ha constituido en un requisito de aprobación social, éxito interpersonal y una medida de lo moralmente valioso”.

Caer en un problema

De acuerdo a la experta, en ocasiones esta presión interna y social puede desencadenar Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que son alteraciones corporales que afectan, principalmente, a mujeres entre los 12 y 20 años.

Existe relación directa entre la insatisfacción física en las adolescentes, debido a la comparación entre el cuerpo real e ideal, con tener un bajo autoconcepto y una baja autoestima. Esto ayuda a desarrollar conductas poco saludables para contrarrestar el malestar psicológico que produce no aceptar la propia imagen.

Los trastornos generan gran sufrimiento para las personas que los padecen y para sus familias. Estos sentimientos pueden llegar a ser crónicos si no se tratan correctamente, llevando a problemas de depresión, ansiedad, ideas suicidas o desesperanza.

Tome nota

La experta explica cuáles son las señales para una detección temprana de los TCA:

  • Miedo y rechazo exagerado respecto del sobrepeso.
  • Práctica de vómito autoinducido o del ayuno, uso de laxantes o diuréticos con el objetivo de controlar o perder peso.
  • Falta de menstruación, conocida como amenorrea.
  • Percepción errónea de tener un cuerpo gordo.
  • La cantidad de alimentación que se ingiere es cada vez más pequeña.
  • Evitar comidas familiares con excusas, como dolor de cabeza o de estómago, o aducir que ya comió con los amigos.
  • Cambios frecuentes: entre alegría excesiva y fases de retraimiento y mal humor.
  • Interés por los alimentos, por su valor nutritivo y composición.
  • Negar que tiene problemas con la comida, si estos son evidentes.
  • Ir al baño después de comer.
  • Autoexigencia excesiva en el estudio o el trabajo, pero con dificultades para concentrarse.

Al respecto, la psicóloga y especialista en adolescentes, Valentina Bravo, recomienda que “si los padres ven que su hijo tiene alguno de estos comportamientos deben acercarse a él, dialogar y solicitar ayuda es clave. No hay que esperar a tener todos los signos mencionados, porque la detección precoz es la clave del pronóstico”.