La creación de una fuerte autoestima puede ser engañosa. Escuchamos que una persona con buena autoestima es la que tiene un buen concepto de sí misma y conoce y aprovecha sus fortalezas. Entonces, de acuerdo a esto, a los hijos les decimos desde la primera infancia que son buenos, inteligentes, guapos, etc., esperando contribuir positivamente a su formación.

Pero llega el día en que descubrimos que la autoestima de nuestro hijo está “debilitada”. No está seguro de sí mismo, se expresa negativamente de lo que es o hace (“soy tonto”, “soy feo”, “no puedo”) y se ve triste y distante.

Dos etapas

Cuando esto sucede hay que recordar lo determinante de la etapa en que se encuentra tu hijo. La adolescencia, por ejemplo, es una etapa de mucha autocrítica en donde las caídas de la autoestima son NORMALES y ESPERADAS, pues ayudan al joven a ser más humilde y empático en una edad caracterizada por el narcisismo y el egocentrismo. Sin embargo, estas caídas no deben de durar más de dos semanas, ya que más allá de ese tiempo un proceso natural se puede convertir en depresión.

Antes de la adolescencia, un niño emocionalmente sano no suele tener más que breves pataletas ante la frustración de no obtener el resultado que esperaba. La infancia, de acuerdo a muchas investigaciones, es la etapa en que tenemos la mejor opinión de nosotros mismos, creyéndonos fuertes, capaces, guapos, simpáticos, y demás fortalezas. Es por eso que nosotros como padres solo tenemos que nutrir y direccionar esa natural inclinación para que se siga consolidando durante el resto de nuestra vida. ¿Cómo es la mejor manera de hacerlo? A continuación, algunas sugerencias:

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Amor

El primer y más importante ingrediente de la autoestima. Parece evidente, pero se debe recordar que, cada vez que lo felicitas por algo, le dices que se ve bien, que es un buen hijo y más cosas por el estilo, el pequeño se sabe amado, reforzando automáticamente su autoestima.

Aceptación

Significa, por ejemplo:

  • Esperar que tu hijo haga su mejor esfuerzo, pero que está bien si nunca se saca un 7 en matemáticas.
  • Que está bien que no le guste el fútbol y prefiera la pintura.
  • Que está bien que, sin estar deprimido, sea de pocas amigos, de quedarse en casa y no salir como lo hacen la mayor parte de los adolescentes de esa edad.
  • Que le transmitirás con hechos, actitudes y palabras que ser como él o ella sea, está bien.
Responsabilidades en casa

Este es un elemento fundamental para construir una sana y fuerte autoestima. Solo siendo parte de un equipo (la familia), haciéndose cargo de una tarea (sacar la basura, poner la mesa, cuidar hermanos menores…) y realizándola con éxito, es que tu hijo se sentirá capaz, inteligente y eventualmente capaz de ser independiente. Claras características de la autoestima.

Valores y virtudes

Una persona con una sana opinión de sí misma se siente orgullosa de quién es y lo que hace. El inicio de llevar una vida valiosa y digna se origina dentro de la familia, con las enseñanzas y ejemplo que le damos a los hijos.

Ejemplo

Sabemos que el ejemplo habla a mayor volumen que las palabras. ¿Cómo está tu autoestima? Cuando hablas de ti misma, ¿cómo te describes? Cuando te equivocas, ¿qué palabras utilizas? Así como estoy segura de que a veces te oyes usando las mismas expresiones que tus papás emplearon cuando eras niña, tus hijos repetirán las tuyas. Por tus hijos, pero principalmente por ti, trabaja en tu propia autoestima.

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Es con estas acciones y otras más que tu hijo tendrá las herramientas para ser alguien con fuerte autoestima: una persona responsable, respetuosa, colaboradora, capaz de defenderse y defender al desvalido, íntegra y lista para construirse un destino trascendente y feliz.

 

Por: Mónica Bulnes, sicóloga. www.preguntaleamonica.com