Los niños pequeños no tienen suficientemente desarrollado el lóbulo frontal (zona del cerebro donde se genera el autocontrol), y por ello les cuesta esperar su turno o aguardar hasta que los adultos les prestan atención. Además, su memoria es muy corta, por lo que sienten la necesidad de explicarte lo que piensan o ven en ese momento ya que saben que después pueden olvidarlas.
Con el tiempo, a medida que el niño va creciendo, deja de ser tan impulsivo y su memoria mejora. Pero el autocontrol también se educa, por lo que como padres debemos establecer algunas guías que permitan desarrollar buenos hábitos de conducta, que le permita relacionarse de manera más asertiva con los demás.
Algunos trucos
Espera:
Si tu hijo te interrumpe, préstale atención pero espera un poco antes de responderle específicamente, ya que si le atiendes en el momento estarás reforzando esa conducta. Por ello, termina primero lo que estás haciendo, hazle alguna señal para que espere, y poco a poco irá aprendiendo a no interrumpirte.
Reconocer los momentos:
Explícale que puede interrumpir cuando se trata de algo urgente, un potencial peligro, ir al baño, etc. Pero que hay otras situaciones que no corren prisa y pueden esperar. Ayúdale a que comprenda cuáles son esos momentos y que así entienda que las interrupciones cuando no es turno de hablar, son un acto de mala educación.
Entrena su autocontrol:
Es conveniente que le enseñes a tu hijo algunas técnicas para que avance en su autocontrol desde una edad temprana. De hecho, estas técnicas no solo son útiles para que aprenda a no interrumpir, sino que también contribuyen a su crecimiento emocional.
Sé un ejemplo a imitar:
Los niños aprenden mucho por imitación, por lo que la mejor manera para enseñarles a no interrumpir es convertirte en su patrón de comportamiento. Por ejemplo, si cada vez que conversas con tu pareja le interrumpes, tu hijo asumirá que ese comportamiento es natural y lo repetirá. Por eso es importante que los adultos de casa se conviertan en un ejemplo para el niño. Y si alguien interrumpe por accidente, sería conveniente que se disculpara y cediera el turno, esperando a que el otro termine de exponer su idea.
Refuerza las buenas conductas:
Nunca olvides reforzar el buen comportamiento de tu hijo. Cada vez que logre controlarse y esperar a que termines una conversación o tarea para pedirte o comentarte algo, reconoce sus buenos modales. Agradécele por haber esperado, de esta forma le estarás animando a que vuelva a ser paciente la próxima vez.
Fuente: Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe)