La listeria monocytogenes es una bacteria que se encuentra en la tierra, agua y plantas, desde donde contamina productos animales. La vía de contagio hacia el hombre es por consumir estos productos de origen animal que pueden venir o haber sido contaminados durante su manipulación.

Al igual que cualquier bacteria, cuando entra al organismo —y no es controlada a nivel intestinal y hepático— pasa a la sangre y se va a lugares que le son atractivos. En el caso de la listeria, son la placenta en embarazadas y el tejido del sistema nervioso central en pacientes inmunocomprometidos. Además, las bacterias liberan sustancias tóxicas que producen síntomas similares a los de una gripe: fiebre, escalofríos y malestar general.

En pacientes con el sistema inmune sano la infección es poco común. Pero si presentan un síntoma puede ser diarrea. Sin embargo, las consecuencias son diferentes en el grupo de riesgo. Éste se conforma por mujeres que en espera de un hijo, personas con las defensas bajas, recién nacidos que pueden contraer la listeria si la madre comió algo contaminado durante el embarazo y ancianos:

  • Inmunodeprimidos. Se suelen ver cuadros de bacteremia cuando afecta a la sangre y de meningitis si involucra el sistema nervioso. Es infrecuente el compromiso focal de otros órganos.
  • Embarazadas. Se produce fiebre, escalofríos y dolores musculares (especialmente en la región lumbar). Cuando se produzca la infección ovular puede condicionar, de acuerdo a la edad gestacional, abortos o partos prematuros. Un tratamiento adecuado y oportuno puede lograr el embarazo de término con un recién nacido sano.
  • Infecciones graves en la madre. Se puede producir una infección grave en el feto con posible compromiso de su desarrollo neurológico.

Puede ser que estos síntomas no se presenten aunque la persona sea portadora, ya que la bacteria está en la flora intestinal del 1 al 10% de la población sin que se manifieste. Pero sí pueden estar contaminando a otros por la mala higiene en la manipulación de alimentos.

Lo que come

La listeria es una bacteria muy resistente que, incluso, se multiplica a temperaturas bajas (dentro del refrigerador). Además, puede encontrarse en gran parte de la naturaleza, desde la tierra y el agua, hasta insectos e intestinos de animales y humanos. Su periodo de incubación va de 11 a 70 días con una media de 31.

El riesgo de contraer listeriosis se puede disminuir siguiendo algunas simples recomendaciones que apuntan a la higiene, tanto de los alimentos como de su manipulación. Por esto, en Europa y Estados Unidos exigen normas de seguridad en cuanto a que el conteo bacteriológico en los alimentos sea muy bajo. Pero para el consumo interno en Chile (en el procesamiento y manejo) no hay vigilancia.

Los casos que han ocurrido en Chile podrían estar relacionados con un mal manejo global de la cadena alimenticia o con un cambio de costumbres o de estilo de alimentación. Por ejemplo, el consumo cada vez más frecuente de comida rápida o de alimentos que se dejan varios días en el refrigerador, donde pueden proliferar las colonias si están contaminados. Ante dicho escenario, los especialistas están atentos a cualquier cuadro infeccioso bacteriano que produzca fiebre, dolores lumbares y escalofríos, ya que puede tratarse de listeriosis. «Al ver estos síntomas en una embarazada, inmediatamente le hacemos los cultivos y los exámenes correspondientes y la cubrimos ante la posibilidad de que sea listeria», asegura el doctor Luis Miguel Noriega, infectólogo.

Una vez confirmado el diagnóstico se trata con antibióticos endovenosos por un mínimo de dos a tres semanas. Este tratamiento es inocuo durante la gestación.

¿Cómo evitar el contagio?

1-En población general:

  • Almacenar las comidas «listas para comer» a 4°C o menos.
  • Consumir los alimentos perecibles y «listos para comer» lo antes posible.
  • Cocer adecuadamente los productos derivados de vacunos, aves y peces.
  • Lavar prolijamente las verduras y frutas antes de comerlas.
  • No consumir lácteos no pasteurizados.
  • Limpiar el refrigerador regularmente.
  • Mantener separados los distintos tipos de alimentos en el refrigerador.
  • Mantener superficies de cocina y utensilios limpios.

2-En embarazadas, adultos mayores, inmunosuprimidos y otros grupos en riesgo:

  • No comer hot dogs o carnes «deli» (definidas como rebanadas de carnes cocinadas, como jamón, roast beef, salame, pavo), a no ser que sean recalentadas hasta hervir.
  • Tampoco quesos blandos (azul, brie, estilo mexicano, camembert) o frescos, a no ser que se consigne que se fabricó con leche pasteurizada.
  • Se suman  las patés o salsas de carne, a excepción de los enlatados, que sí pueden consumirse.
  • Ni pescados ahumados refrigerados, salvo que estén en platos bien preparados con buena cocción
  • No beber leche no pasteurizada ni comer alimentos que la contengan.

 

Fuente: www.alemana.cl