Las intoxicaciones alimentarias y las enfermedades transmitidas a través de alimentos contaminados son un problema común y tienen un gran impacto sobre la salud pública. Millones de personas en todo el mundo fallecen por enfermedades diarreicas y una gran proporción de estos casos se atribuye a la contaminación del agua y los alimentos.

La edad y la condición física hacen que algunas personas sean más susceptibles que otras. Por ejemplo, niños muy pequeños, embarazadas, adultos mayores y personas con el sistema inmunológico debilitado.

La medida más eficiente

Diversos factores influyen en el desarrollo de microorganismos en los alimentos. Por ejemplo, el enfriamiento inadecuado de los alimentos (cadena de frío), calentamiento inapropiado a temperaturas que no eliminan las bacterias, mala higiene en la preparación y manipulación de los alimentos o la contaminación cruzada.

En cualquier punto del proceso de manipulación de un alimento, desde su cosecha, almacenamiento hasta la preparación previa a su consumo, éste puede contaminarse con gérmenes causantes de una infección que podría derivar en hepatitis A, fiebre tifoidea o salmonelosis.

Algunos de los alimentos más frecuentemente asociadas con intoxicaciones alimentarias son:

  • Huevos y derivados del huevo.
  • Pescados y mariscos crudos.
  • Leche no pasteurizada.
  • Cremas o mayonesas artesanales.
  • Carnes crudas o vegetales lavados inadecuadamente.

El simple lavado de manos es una medida sencilla y muy eficiente para prevenir infecciones alimentarias. Lávese las manos siempre: antes de preparar los alimentos, antes de consumir los alimentos, después de ir al baño, después de toser o estornudar y después de manipular dinero.

Buenos consejos

A continuación les presentamos algunos consejos para asegurar una correcta higiene al preparar, conservar y manipular los alimentos:

  • Beba solo agua potable o embotellada, si no dispone de ella debe hervirla.
  • Lave cuidadosamente verduras, mariscos y carnes antes de cocerlos.
  • Evite, en lo posible, comer alimentos crudos, en especial carnes, aves y mariscos.
  • En caso de consumir verduras crudas, lávelas, desinféctelas y enjuáguelas con abundante agua.
  • No mezcle alimentos crudos con alimentos cocidos en la misma superficie.
  • Separe las frutas y verduras crudas y sin lavar de los alimentos ya preparados.
  • Hierva la leche que no ha sido pasteurizada.
  • Mantenga los huevos debidamente refrigerados.
  • Mantenga los alimentos cubiertos. Así los protegerá de moscas y otros vectores de enfermedades.
  • Limpie y desinfecte los mesones donde prepara los alimentos con una solución de agua con cloro.
  • El paño de cocina o la esponja pueden ser un vehículo de contaminación. Siempre que pueda, prefiera utilizar toalla de papel desechable en la cocina.
  • Revise y respete la fecha de vencimiento de los alimentos.
  • Revise las latas de conservas. No adquirir latas abolladas, oxidadas, deformadas  o hinchadas.
  • Guarde o almacene los alimentos en lugares frescos y secos, libres de humedad y de plagas.
  • Asegúrese de mantener una adecuada disposición de deshechos y basura.
  • Si va a comer fuera de casa, prefiera establecimientos autorizados y evite los puestos ambulantes de venta de alimentos.
  • Prefiera la mayonesa envasada proveniente de fábricas autorizadas y no aquella preparada con huevos crudos.

 

Por: CITUC.