El camino a la independencia y autonomía de los hijos es gradual y progresivo. La pregunta clave a hacerse es: “¿Qué puede hacer hoy mi hijo por sí mismo que estoy haciendo por él?”. La respuesta será diferente en cada etapa de desarrollo, pero es un parámetro que le da un voto de confianza a las capacidades de los niños y jóvenes.
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De acuerdo a la psicóloga Mónica Bulnes, desde luego que es importante asegurarles a los hijos que estamos a su lado, acompañándolos por si la cosa se complica, pero refrenando los deseos e impulsos de hacer las cosas por ellos. A veces nos equivocaremos y nos daremos cuenta de que la situación superó al hijo y que debimos actuar antes o que sencillamente tomó una mala decisión. «En mi opinión, es mejor que esto suceda y hacer las correcciones necesarias, a habernos adelantado a resolver algo quitándole al hijo la oportunidad de medir sus propias fuerzas», señala.
Aprendizaje
Mónica Bulnes indica que la experiencia le enseñará al niño cosas importantes sobre sí mismo (buenas y malas, útil aprendizaje para la vida adulta). Será una oportunidad para que aprenda a pedir ayuda (capacidad personal fundamental), le dará una lección de humildad y finalmente lo hará más fuerte y sabio para el futuro.
Por supuesto, también está el lado triste de haber vivido un momento difícil y no haberlo podido superar solo, pero con una buena orientación y respaldo de sus padres este obstáculo se superará con éxito.
Por otro lado, también habrá aprendizajes importantes para los padres respecto a su estilo de crianza y criterios para manejos de situaciones similares en el futuro, con éste u otros hijos.
Qué pueden hacer los hijos
A continuación, la psicóloga describe algunas cosas que los hijos sí son capaces de hacer a distintas edades:
- Primera infancia (hasta los 6 años): Los niños son capaces de hacerse cargo del orden y resguardo de sus pertenencias. Pueden también solucionar algunos problemas básicos de relaciones interpersonales con sus pares (un compañero del jardín que lo molesta).
- Segunda infancia y pubertad (7 a 12 años): Los niños pueden hacerse cargo de sus deberes académicos por sí mismos (apoyándose en los padres para dudas, problemas específicos y complicados). También pueden decidir hora y manera en que cumplirán con sus responsabilidades (como la ducha o el quehacer casero), teniendo como eje los criterios generales que establecen los padres. Por ejemplo, si en casa existe la norma de ducharse antes de la comida de las 9.00 pm, cada hijo debiera ser capaz de organizarse con los hermanos y decidir la hora, antes del límite, en que se duchará. La tarea también debe estar lista antes de la comida y debe definirse, dependiendo de la edad, el tiempo acordado de pantallas (videojuegos, TV, celular).
- Adolescencia (13 años en adelante): Además de todo lo anterior pueden resolver ciertos trámites, tener más responsabilidades en la casa y de mayor complicación (hacerse cargo alguna vez de preparar una comida, ayudar al hermano menor con algo). Todo esto pensado siempre con la intención que el hijo adquiera valores, habilidades y conocimientos que le permitan llegar bien preparado para la vida adulta.
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