Las investigaciones sobre el desarrollo humano muestran claramente que las semillas de la empatía, el cuidado y la compasión están presentes desde una etapa temprana de la vida. Pero para convertirse en seres humanos cariñosos, afectuosos y éticos, los niños necesitan que los adultos los ayuden en cada etapa de la niñez para nutrir estas semillas hasta su pleno desarrollo.
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Debemos trabajar para cultivar la preocupación de los niños por los demás porque es fundamentalmente lo correcto y también porque cuando los niños pueden sentir empatía y asumir la responsabilidad de los demás, es probable que sean más felices y exitosos. Tendrán mejores relaciones durante toda su vida y las relaciones sólidas son un ingrediente clave de la
felicidad.
A continuación, expertos de Making Caring Common —proyecto de la Escuela de Graduados en Educación de Harvard— muestran pautas para criar niños afectuosos, respetuosos y éticos, junto con consejos para ponerlas en práctica. Todo esto respaldado por muchos estudios y por el trabajo que diversas organizaciones han realizado durante varias décadas con familias en Estados Unidos.
Trabaja para desarrollar relaciones afectuosas y amorosas
Los niños aprenden a ser cariñosos y respetuosos cuando se les trata de esa manera. Si los hijos se sienten amados, también se apegan a nosotros. Ese apego los hace más receptivos a nuestros valores y enseñanzas.
¿Cómo?
Amar a nuestros hijos adopta muchas formas, como atender sus necesidades físicas y emocionales, brindarles un ambiente familiar estable y seguro, mostrar afecto, respetar sus personalidades individuales, interesarse genuinamente por sus vidas, hablar sobre cosas importantes y afirmar sus esfuerzos y logros.
Prueba esto
1.Tiempo juntos:
Planifica tiempo regular y emocionalmente íntimo con tus hijos. Algunos padres y cuidadores hacen esto leyéndoles todas las noches antes de dormir o con otra actividad compartida. Algunos incorporan tiempo a solas con sus hijos en sus horarios semanales, en lugar de dejarlo al azar. Por ejemplo, podrías pasar un sábado por la tarde al mes con cada uno de tus hijos haciendo algo que ambos disfruten.
2.Conversación significativa:
Siempre que tengas tiempo con tu hijo, túrnense para hacerse preguntas que saquen a relucir sus pensamientos, sentimientos y experiencias. Haga preguntas como:
- “¿Cuál fue la mejor parte de tu día? ¿La parte más difícil?»
- “¿Qué lograste hoy por lo que te sientes bien?”
- “¿Qué es algo bueno que alguien hizo por ti hoy? ¿Qué es algo bueno que hiciste?
- “¿Qué aprendiste hoy en el colegio o fuera de él?”
Fuente: Making Caring Common, Escuela de Graduados en Educación de Harvard
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