Cuando estalla el enojo en los niños los padres nos vemos envueltos en un tornado de emociones. Es el momento de actuar desde la calma, el respeto, la paciencia y el cariño. Si lo hacemos de forma impulsiva solo se consigue un cúmulo de gritos y ninguna solución. Debes tener en cuenta que cuando un niño llora lo está pasando muy mal; está sufriendo y te está pidiendo ayuda, te necesita.

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