Al acercarse marzo y el retorno de clases en el colegio, los papás deben preocuparse de los útiles escolares, los uniformes y otros implementos que se requieran. Pero no solo eso: a veces hay que sumar una visita al oftalmólogo y al otorrinolaringólogo, ya sea por prevención o por ser un requerimiento en algunos establecimientos.
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Visión
La Dra. Paulina Riquelme, oftalmóloga de Clínica Universidad de los Andes, asegura que “si el niño es sano y no tiene antecedentes de patologías oculares, su pediatra puede realizarle un examen básico y después derivarlo a un oftalmólogo para llevar a cabo un estudio más completo, que debe realizarse a partir de los 4 años. Pero si el pequeño tiene algunos síntomas como dolor, lagrimeo o alteración de la visión debe acudir a un experto”.
En la consulta el oftalmólogo estudia lo siguiente:
- Cómo es la visión del niño
- Las pupilas, retinas y campo visual
- Se descarta o afirma la presencia de estrabismo o alteraciones de los movimientos del ojo
- Se examina el globo ocular para descartar otras enfermedades
- Se analiza la presencia de miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Audición
En cuanto a la salud de los oídos y la audición, el Dr. Juan Del Lago, otorrinolaringólogo de Clínica Universidad de los Andes, señala que más allá de la entrada al colegio los cuidados deben ponerse en práctica desde el primer día de vida. “Si no se realiza una evaluación post nacimiento existe un alto riesgo de que los problemas auditivos no tengan un tratamiento oportuno. En ese contexto, el único control formal de audición son las emisiones otoacústicas que se realizan cuando el niño nace”.
Si bien es una buena medida no es suficiente, ya que puede tener algunas consecuencias en la etapa de colegio, generando un impacto en el desarrollo cognitivo y del lenguaje. Por eso es importante a los 3 o 4 años de vida evaluar con un especialista que no tenga ninguna otra enfermedad que se presente en etapa preescolar, como algún tapón de cerumen, retracciones del tímpano u otros problemas auditivos.
Una audiometría formal evalúa la audición y permite detectar alteraciones. Otro examen común y fácil de realizar es la impedanciometría, que analiza la ventilación del oído medio, cómo se comporta con las presiones o cuando el niño está congestionado.
“Es importante, de todas maneras, que los papás pongan atención a algunas señales como poner la televisión a un volumen muy alto, si no entiende bien lo que se les dice y si tienen otitis reiteradas o dolor de oído. Ante cualquier de ellas, hay que ir a un especialista”, señala el doctor.
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