El objetivo de los frenillos es lograr una oclusión funcional y una adecuada alineación de los dientes, para que haya una mordida que no produzca alteraciones y, a la vez, tener una sonrisa bonita.
Revisión
La Asociación Americana de Ortodoncia establece que a los 6 años se aconseja evaluar al niño con un ortodoncista, quien determinará si es recomendable realizar una radiografía panorámica para ver cómo vienen los dientes permanentes.
“Si en la revisión que se hace en los niños a los 6 años o antes, junto a la radiografía, se detecta un problema que haya que corregir, se indica un tratamiento de ortodoncia de primera fase donde se puede requerir el uso de frenillos parciales u otro tipo de aparato de ortodoncia de acuerdo con el diagnóstico y plan de tratamiento indicado. Es importante que se pueda interceptar el problema a tiempo, ya que algunas maloclusiones pueden agravarse con el tiempo y ser perjudiciales para la salud bucal del paciente”, afirma el Dr. Carlos Vega, odontólogo de Clínica Universidad de los Andes.
Normalmente, los brackets o frenillos se instalan alrededor de los 11 o 12 años. Pero esto no es una norma, ya que en algunos casos se recomiendan a niños más pequeños o a personas adultas.
El especialista agrega que “se va a tomar la decisión dependiendo del tipo de problema que tenga la persona. Si está todo controlado, se pueden poner los frenillos a esa edad, con los dientes permanentes. Sin embargo, si se ha detectado un problema antes que deba ser interceptado y corregido, no quedará más opción que poner frenillos o algún aparato de ortodoncia en edades más tempranas. Por esto, es muy importante no dejar pasar más de los 7 años con una radiografía panorámica”.
Problemas más frecuentes
Los problemas más frecuentes que hacen necesario el uso de frenillos son:
- El hueso no es suficiente para la cantidad y tamaño de los dientes que vienen, por lo que estos se amontonan o se montan uno sobre otro.
- Existencia de anomalías dentomaxilares por malos hábitos, como chuparse el dedo, interponer la lengua al hablar o al tragar, usar chupete y mamadera hasta una edad muy tardía, lo que podría originar mordidas abiertas y comprensiones maxilares.
Si se lleva al niño al ortodoncista alrededor de los 6 años las posibilidades terapéuticas podrían ser más amplias.
Alineadores
“Actualmente, hay a la venta algunos aparatos para alinear los dientes (alineadores dentales), los que efectivamente pueden tener buenos resultados aparentes en las piezas delanteras. Pero también pueden ser muy perjudiciales y ocasionar graves daños no solo en la salud bucal, sino también en la salud general de los pacientes, ya que no tienen un diagnóstico adecuado, control periódico y supervisión de un especialista. Por lo tanto, es muy importante que los pacientes consulten con un especialista debidamente certificado antes de iniciar un tratamiento de ortodoncia con este tipo de aparatos”, recomienda el Dr. Vega.
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