Es importante saber cómo están abordando los profesores la irrupción de los celulares al interior de los colegios y de la sala de clases. Por ello conversamos con Patricia Gómez, académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Básica Universidad de Las Américas, para conocer su visión acerca de este tema.
¿Qué opina acerca de prohibir el uso de celulares al interior de los colegios?
Negarse al uso del celular en pleno siglo XXI es intentar negar los avances que la sociedad ha tenido. La clave debe ser la educación para el uso adecuado del celular, tanto por parte de las familias como del colegio. Sobre todo considerando que, si bien el estudiante puede no ocupar su celular en el colegio, ¿qué sucede cuando no está en el establecimiento? Y, por otra parte, al prohibir su uso nos estamos negando a las potencialidades que éste puede tener en los espacios educativos.
¿Existen experiencias en otros países donde la prohibición haya traído beneficios?
Cada país tiene sus leyes en cuanto al uso o prohibición del celular en los colegios. En los casos donde se prohíbe la justificación radica en que es un elemento distractor en las clases. Sin embargo, esto no garantiza que los estudiantes se motiven e interesen en su aprendizaje. La reflexión sobre este tema debe ser más profunda y generacional.
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¿Cuáles son los pros y los contras de usar celulares dentro del recinto escolar?
Debido a que nuestra sociedad está inmersa en el uso de tecnologías como el celular es que como profesora creo que es necesaria la reflexión sobre su uso en el aula. En relación a los “pros” puedo decir que el celular es una fuente muy útil de información, sobre todo si se desea realizar algún trabajo de investigación y quizás el colegio no tiene los espacios físicos para llevar a los estudiantes. También a la hora de obtener fotografías, grabar videos, tener acceso a aplicaciones como Google Maps o simplemente a las redes sociales (todo asociado a su uso pedagógico).
Con respecto a los “contras”, claramente el celular puede ser una distracción en clases, lo que conlleva a poca concentración e interés por parte de los estudiantes y, por ende, bajas calificaciones. Sin embargo, pretender que no lo utilicen es casi utópico. Por lo tanto, el esfuerzo debería estar enfocado en cómo poder utilizar el celular a mi favor (en el rol docente) y también educar a los estudiantes en su uso y que le pueden sacar más provecho que solo dar un like o subir una selfie.
¿Considera que restringir el celular privilegia una mayor interacción de los alumnos en el recreo?
Puede ser que al no tener la distracción del celular los estudiantes se vean en la necesidad de comunicarse directamente. Sin embargo, esto no asegura que dichas interacciones sean efectivas. El tema sobre el uso del celular debe ir más allá de su prohibición, debe avanzar hacia una educación en su utilización. Y para ello el colegio y sobre todo las familias deberían ser agentes clave.
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¿Debiera haber una edad mínima para el uso de celular en el colegio?
Claramente, ya que si un estudiante aún no aprende a leer y/o escribir es muy difícil que le pueda dar un uso pedagógico a su celular en el colegio. Considero que el celular se debería integrar más que prohibir, siempre y cuando el estudiante tenga una edad apropiada para la comprensión de su utilización.
¿Es responsabilidad de los padres, del colegio o de los propios alumnos el buen uso del celular?
Las familias son clave en que los estudiantes hagan un buen uso del celular. Si llegan a la escuela con una cultura de uso adecuado (en contenido y tiempo), para la comunidad educativa no debería ser un conflicto. ¿Pero qué pasa cuando en algunos hogares los adultos dedican más tiempo a su celular que a sus hijos? Es probablemente una actitud que los niños replican, prestando más atención al celular que a sus clases. Pero si bien el papel familiar es clave, éste debe ir acompañado de un trabajo constante por parte del colegio, donde se debería fomentar una conciencia sobre su uso adecuado.