Desde este año, el Ministerio de Educación junto a una importante marca de retail impulsaron una iniciativa que busca dar la pelea contra el ciberbullying o ciberacoso. Se trata de la instauración del 14 de marzo como “Día contra el Ciberacoso”.

En este contexto, la psicóloga de Centro Médico Cetep, Valeska Woldarsky, explica los riesgos psicológicos asociados al ciberbullying y ofrece algunas recomendaciones a los padres a la hora de prevenir la exposición a este tipo de situaciones.

Para la experta, los efectos psicológicos del ciberacoso son innegables, pero dependerán de cada caso. Precisamente, incluirían “sintomatología post traumática, como por ejemplo no poder dejar de pensar en lo que le pasó, tener miedo, culpa, entre otros. También pueden reaccionar de manera ansiosa y depresiva, presentar aislamiento social y del medio familiar, evitación de lugares donde usualmente solían asistir, retraimiento y baja en rendimiento académico”, detalla.

Y es que no hay duda respecto de la gravedad asociada al este tipo de acoso. De ahí la importancia de establecer medidas preventivas. Y en ello, tener una relación con los padres que no se base en el miedo es fundamental.

[irp posts=»1920″ name=»El abuso de pantallas daña a los niños»]

“Sus víctimas se pueden ver expuestas a material no apropiado para su edad, contenido violento; y verse obligados a compartir fotos. Es por esto que mantener una relación de confianza con los padres es un factor protector a la hora de verse enfrentado a situaciones que escapan de los recursos de los niños, niñas y adolescentes”, detalla Woldarsky.

Recomendaciones

La primera recomendación de la psicóloga Cetep comienza por entender que los padres deben asumir un rol activo e informado en materia digital. “Lo importante es que los padres no se queden atrás frente a los avances tecnológicos y las redes sociales, ya que esto impone una brecha importante a la hora de reconocer los riesgos implicados”, advierte.

En este sentido, sugiere que en un comienzo los niños y adolescentes deben enfrentarse al uso de redes sociales acompañados de sus padres, y aumentar la independencia de modo progresivo. Esto a medida que demuestren ser capaces de afrontar adecuadamente los riesgos a los que podrían enfrentarse; y sepan recurrir oportunamente a un adulto responsable cuando lo requieran.

Finalmente, la especialista es enfática al indicar que estas medidas preventivas son de largo aliento.

“Esta educación debe partir desde que los niños comienzan a tener contacto con internet y redes sociales; es decir, desde muy pequeños. De esta manera se pueden trabajar estrategias de autocuidado que prevengan la posible exposición a estos riesgos”, sentencia.