Mi hijo vio pornografía: ¿qué hago?
Hace un par de generaciones atrás, más de algún adolescente llegaba con una revista con desnudos para mostrársela a sus amigos o compañeros de colegio. En esos tiempos era la novedad en medio del despertar sexual, que se acrecentaba mientras avanzaba la adolescencia.
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Sonríe Mamá & Familia conversó con María Jesús Hazbún, psicóloga infanto-juvenil del Centro Médico Cetep, para dar respuesta a ciertas inquietudes que suelen tener los padres sobre este tema. Lo primordial es tomarlo con calma. En caso de haberlo visto de manera accidental, hay que peguntarle al niño/a cómo está, ya que puede sentirse afectado con lo que observó. También es importante decirle que ver ese tipo de cosas no está bien, no por el acto sexual en sí, sino por lo que implica el material pornográfico en la red (por ejemplo, vulneración a menores). En caso de que no sea accidental, sino que el niño buscó el contenido, los padres también deben reaccionar lo más calmadamente posible. Es esperable a cierta edad que sientan curiosidad por actos o conductas sexuales. En este sentido cobra importancia la educación sexual desde pequeños. Puede generar confusión, afectando la comprensión que pueda formarse el niño de las relaciones personales. Puede conllevar ansiedad que se expresa a través de vergüenza, conmoción y enojo, o incluso aparecer el deseo de reproducir lo visto en la pantalla a edades tempranas. Durante la adolescencia (desde los 13 años aproximadamente), cuando comienza a aparecer el interés sexual como tal y los adolescentes sienten curiosidad por saber más sobre las relaciones sexuales. Entonces comienzan a buscar información y la comparten con su grupo de amigos. En la medida que los niños/as van aprendiendo respecto a la sexualidad, muchas de sus dudas y curiosidades se van resolviendo sin la necesidad imperiosa de acceder a material pornográfico. Creo que no hay una pauta o guía respecto a cómo explicar la existencia de este material en sí, y claro que las «explicaciones» también dependen de qué tan cómodos se sienten los padres hablando de estos temas. Es importante conversar con el niño/a respecto al tema, poder indagar un poco qué es lo que le causa tanta curiosidad. Si hay alguna conducta o situación que prenda una alarma en los padres, es importante que puedan consultar con un especialista (doctor, psicólogo, psiquiatra, según corresponda). El sentimiento de culpa es muy común en niños/as que han visto material pornográfico. Lo importante es poder distinguir si esto comienza a afectar su vida. En este último caso le sugeriría a los padres consultar con un psicólogo para ayudar tanto al pequeño como a los padres. Es muy importante la educación sexual y afectiva desde temprana edad, tanto respecto de sí mismos, del sexo opuesto y de las relaciones sentimentales con respeto y responsabilidad. La idea es hablar del tema abiertamente y con naturalidad. Se debe dar la oportunidad a los hijos de que sientan confianza para hablar. Así podrán ir comprendiendo y resolviendo las dudas que surgen en sus distintas etapas del desarrollo. Sin embargo, no considero que haya una edad concreta y específica para hacerlo. Eso dependerá del estilo de crianza de los padres y de qué tan cómodos se sientan ellos mismos. Es uno, como madre o padre, quien se preocupa más respecto a si lo entenderán, por lo que se puede ir introduciendo el tema lentamente, iniciando con cosas simples y según la madurez de cada hijo. Lo puedes hablar en el momento que tú quieras, siempre respetando los tiempos/ritmos de cada niño/a y los tiempos de los padres. Pero, en general, se recomienda partir de manera temprana para prevenir el uso de pornografía, así como para promover la educación sexual y afectiva en pos de un sano desarrollo. El sitio de educación online lnternetmatters.org entrega los siguientes consejos para los padres: [irp posts=»3111″ name=»Cómo abordar la hipersexualización en la infancia»]
El problema hoy es que se ha detectado una reducción de la edad en el primer contacto del niño con la pornografía, llegando incluso a los 8 años, según lo detalla en una entrevista el vicepresidente de la Federación Española de Sociedades de Sexología, Emilio López. ¿A qué se debe este cambio? Básicamente a la facilidad de acceso a lo visual en el mundo de internet. Muchos niños tienen teléfonos móviles, tablets y computadores a su entera disposición, pudiendo llegar —de forma accidental o no— a contenido que muchas veces va más allá de un simple desnudo. Ese es uno de los mayores problemas: el acceso a imágenes o videos, a veces perturbadores, que pueden crear una idea totalmente errónea de la sexualidad.
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