En los primeros días del año se conocieron dramáticos casos de niños que perdieron la vida ahogados en una piscina. “El mayor de los riesgos es la asfixia por inmersión, siendo la cuarta causa de muerte en el mundo y en nuestro país. Es la primera causa de muerte en niños mayores de 1 año, y en hombres entre los 5 y 14 años considerando ese rango de edad donde los niños se atreven a experimentar, descubrir y correr más riesgos haciendo piruetas”, detalla Pamela Cárcamo, académica de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello.
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Pero hay otros riesgos a los que los pequeños están expuestos en una piscina. La enfermera los menciona a fin de tener precaución.
Traumatismos:
Golpes en la cabeza, lesiones de cuello, brazos y piernas son algunos de los accidentes más cotidianos. Los piqueros con falta de técnica, supervisión o instrucción o desde mucha altura y el mal uso de las instalaciones de la piscina, son la principal causa de este grave problema que se vive en verano.
Quemaduras solares:
Los rayos del sol en su justa medida son beneficiosos para el metabolismo de la vitamina D (absorción del calcio) y elevan los niveles de serotonina. Sin embargo, la alta exposición a los rayos UV, sobre todo en época de verano, tiene efectos dañinos para la piel.
Otitis externa:
La otitis corresponde a la inflamación de la mucosa del oído externo. Esta enfermedad se origina debido a la frecuente exposición de los oídos en el agua de la piscina y al posible contacto con gérmenes que entran por el conducto auditivo. La inflamación del oído trae consigo dolor o sensación de obstrucción.
Conjuntivitis:
Se produce por el contacto en exceso con el cloro y desinfectantes, que podrían generar irritación química y/o también por el contacto con gérmenes de las diferentes personas que están haciendo uso de la piscina. Esta se manifiesta con ojos rojos e irritados. No causa dolor, pero si se complica puede traer consecuencias graves.
Micosis:
Es una infección producida por hongos y que se transmite de manera directa (entre humanos y animales) o indirecta (ambientes húmedos contaminados), siendo bastante contagioso. Los lugares públicos como baños, vestidores y piscinas públicas son algunos de los sitios donde se puede entrar en contacto con esta infección, ya que su aparición se ve favorecida por la humedad y el calor.
Uso del cloro:
El uso del cloro, en general, es delicado en niños menores, principalmente el cloro de piscina al cual se exponen por largos periodos de tiempo durante el verano. El cloro en sí es bastante irritante para la piel, sobre todo en niños pequeños, quienes podrían presentar algún tipo de reacción alérgica. En el caso de niños asmáticos, el estar en contacto con cloro e inhalarlo puede irritar su vía respiratoria provocando una obstrucción bronquial. Del mismo modo, la ingesta de altas cantidades del agua de la piscina en el caso de los más pequeñitos que no saben nadar o flotar, pudiera generar problemas estomacales de corta duración.
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