Revisemos algunos conceptos
Autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos. Si tomamos el ejemplo de Sofía, el problema es que no logra los resultados que ella quiere y su frustración la manifiesta a través de llanto y de frases conmovedoras. Los adultos explicamos esta conducta como baja autoestima y tendemos a sobreproteger.
Pero ¿qué significa realmente esta sobreprotección? Los padres generalmente tratan de evitar que sus hijos se frustren y por ello le facilitan la vida. Finalmente, el resultado son niños que creen que la vida es fácil y sin esfuerzo, pero se enfrentan a una realidad distinta en los colegios y sienten que no son capaces de resolver sus problemas solos.
Los padres buscan resultados
Hay que diferenciar entre procesos y resultados. El proceso requiere que el niño aprenda a tomar conciencia de que sus resultados son una consecuencia de su trabajo sistemático, máximo esfuerzo y autodisciplina. Y no siempre tendremos los mejores resultados, porque requiere de varios procesos para lograrlo.
Una evaluación escolar es el resultado de solo un proceso, el cual permite hacer cambios y mejorar el resultado final. El proceso a realizar es diferente para cada persona: algunos necesitan más repeticiones que otros para alcanzar una misma meta. Es decir, un resultado de un proceso en niños menores de 12 años tiene un 10% de un componente genético; un 70% de trabajo sistemático, máximo esfuerzo y autodisciplina; y un 20% de la labor del guía. La genética solo determina las repeticiones necesarias para alcanzar un resultado, por lo tanto, cuanto más nos cuesta más tenemos que trabajar y esforzarnos.
Pero ¿cómo motivamos a los niños a realizar un trabajo sistemático?
Motivación proviene del latín “motivus”, es decir, causa del movimiento y existen dos tipos:
- Intrínseca, que depende de factores internos. Estos se desarrollan principalmente sobre los pilares de la autonomía (capacidad de resolver problemas), el desarrollo de habilidades (trabajo sistemático, auto disciplina y máximo esfuerzo) y el propósito (sentido a la vida).
- Extrínseca, que depende de factores externos, es decir, gratificaciones externas y fruto de negociaciones (premios). Este tipo de motivación se basa en el condicionamiento operante o instrumental planteado por el psicólogo norteamericano B. F. Skinner, en la cual se refuerza una conducta para que se repita en el tiempo o aparezca con más fuerza.
En el caso de Sofía, los padres creen que su hija no tiene motivación para estudiar por su baja autoestima provocada por sus malos resultados escolares. Los padres la han intentado motivar para que estudie a través de premios.
Y ¿qué son los premios?
Premio proviene del latín “praemium” y consiste en una distinción, galardón o recompensa que se otorga por mérito o servicio. Por ejemplo: «Si tú estudias y te va bien en la prueba, te invito al cine». Lo que en concreto significa: «Como tienes muchas ganas de ir al cine, vas a tener muchas ganas de estudiar», pero desafortunadamente la motivación de ir al cine no se traspasa al estudio.
El problema constante para los padres es encontrar el premio o los premios que logren motivar a la niña a estudiar y mejorar. Pero luego deja de resultar, por lo que es necesario un nuevo refuerzo positivo. O bien se cambia de estrategia usando el castigo, es decir, buscar qué se puede “quitar” para generar el mismo impacto, pero de igual manera con el tiempo deja de funcionar.
¿Cómo Sofía logra comprender que los resultados dependen de ella, de su máximo esfuerzo, trabajo sistemático y autodisciplina, es decir, es consecuencia de lo que hace?
Alcanzar las metas es la mejor motivación para un niño, porque permite aprender que al trabajar sistemáticamente con su máximo esfuerzo mejoran sus resultados. Luego, se torna en un círculo virtuoso, donde ese niño, al tener sus logros, se siente capaz, su entorno lo felicita; consecuencia de ello la evaluación y percepción de sí mismo mejora.
El desarrollo de la voluntad
La voluntad es la base de la autodisciplina y permite repetir una conducta hasta lograr las metas planteadas, aunque en muchas ocasiones las actividades que tenemos que realizar no son de nuestro total agrado ni interés.
Tener voluntad permite que los niños tengan una buena autoestima, porque entienden que dependen ellos sus resultados: “Con máximo esfuerzo y trabajo sistemático pueden alcanzar el objetivo que quieran”.
Por: Sylvia Langford, psicóloga experta en desarrollo de la voluntad y creadora del Método Langford.
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