La onicofagia o hábito compulsivo de morderse las uñas va mucho más allá de un problema estético, y puede tener consecuencias negativas tanto para la salud general como para los dientes y la salud bucal.
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De acuerdo con la odontopediatra, Dra. María Teresa Picasso, los motivos que llevan a realizar esta práctica son muy diversos, aunque en la mayoría de los casos está relacionada con el
estrés.
Y es que se trata de un trastorno emocional y conductual que en ocasiones puede llevar a aquel que lo sufre a necesitar ayuda profesional.
Consecuencias
- La onicofagia desgasta el esmalte de los dental y causa microtraumatismos que pueden llegar a fracturar o astillar los dientes.
- Los dientes van sufriendo un desgaste prematuro especialmente marcado en los incisivos centrales superiores.
- Esta circunstancia, a largo plazo, puede producir un aumento de la sensibilidad dental.
- Los microtraumatismos sobre las mucosas labiales causados por el “mordisqueo” y la gran cantidad de bacterias presentes debajo de las uñas aumentan la incidencia de infecciones (herpes labial, aftosis, infecciones generales).
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