Los cuerpos extraños que los niños se introducen accidentalmente, o por jugar, son de todo tipo: botones, trozos de lápices de colores, pilas pequeñas, restos de algodón, pequeñas partes de juguetes, entre otros.
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Es importante que los padres tomen conciencia que sus hijos pueden lastimarse o dañar a otros muy seriamente al introducir objetos en sus oídos, nariz u ojos, por eso es necesario estar atentos.
Oído
Es probable que algunos de estos objetos no provoquen síntomas en el niño. Sin embargo, elementos como alimentos e insectos pueden causar dolor en el oído, enrojecimiento o secreciones. Además, un objeto que obstruye el conducto interno puede afectar la audición.
Qué hacer:
- No intentar sacarlo con pinzas u otros objetos punzantes. Tampoco con cotonitos. Es probable que, en vez de sacarlo, lo introduzca aún más, agravando la situación y dañando las frágiles estructuras del oído medio.
- Si está visible puede probar inclinando la cabeza del niño para que caiga por la fuerza de gravedad. De lo contrario, hay que acudir a un servicio de urgencia para no causar mayores daños en el conducto auditivo.
- El médico, tras extraerlo, volverá a examinar el oído para determinar si existen lesiones. También es probable que se receten gotas óticas con antibióticos para prevenir infecciones.
Toma nota
- Los insectos también representan un daño potencial.
- Se ha observado que los niños con infecciones crónicas del oído externo suelen introducir cosas en sus oídos con mayor frecuencia.
Nariz
El síntoma más común es la secreción nasal que aparece solo del lado obstruido de la nariz y, a menudo, despide un olor desagradable. En algunos casos puede haber dolor, picazón, sangramiento e, inclusive, mal aliento.
Qué hacer
- Suene al niño enérgicamente para tratar de expulsarlo.
- No intente extraerlo con pinzas u otro elemento ya que puede migrar y obstruir la vía aérea.
- Si no sale espontáneamente, la extracción debe quedar a cargo de un médico. Trate de que no inhale profundo y que respire por la boca hasta obtener atención médica.
Para prevenir
- No les dé dulces pequeños hasta que cumplan tres a cuatro años. Tampoco maní, almendras o cualquier fruto seco.
- No permita que jueguen con objetos más pequeños que una pila tamaño D.
- Enseñe a los mayores que la nariz y oídos de sus hermanitos son delicados y no para “guardar cosas”.
- Acompañe a sus hijos mientras comen.
Fuente: Clínica Las Condes
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