Con el desconfinamiento miles de niños y adolescentes están volviendo de manera progresiva a rutinas de relativa normalidad, como las clases presenciales. Sin embargo, algunos se resisten y quieren continuar en modalidad online, lo que llama la atención de muchos padres.
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“Si bien la mayoría de los niños desean volver al colegio para ver a sus amigos, nos hemos encontrado con algunos casos en los que manifiestan ansiedad. Esto puede responder a una pérdida de autonomía producto la pandemia, generando temor a tener que enfrentar los desafíos solos, así como también a experiencias de acoso escolar previas o cyberbullying en este periodo”, comenta Jennifer Conejero, psicóloga infantojuvenil de Clínica Santa María.
La especialista agrega que este tiempo ha provocado en muchos niños un distanciamiento de sus pares. Esto puede desencadenar angustia e incertidumbre frente al restablecimiento de las relaciones sociales que implica la vuelta a clases.
Recomendaciones
Las familias han tenido que quedarse en casa por tiempo muy prolongado. Esto ha cambiado drásticamente la configuración de las rutinas y la forma en que se conciben y fortalecen los vínculos sociales. En los niños esto es vital, ya que a partir de las interacciones con otros se producen procesos de aprendizaje relevantes para su desarrollo emocional e intelectual.
Por ello, la terapeuta de Clínica Santa María destaca que es importante considerar que cada niño es diferente y entrega algunas recomendaciones para enfrentar el retorno a clases presenciales:
- No es bueno presionarlos o exponerlos de golpe al colegio. Lo aconsejable es que el regreso sea paulatino, haciendo ajustes dependiendo las causas por las que no quieren asistir al colegio.
- En los niños con ansiedad de separación, podrían ir un par de horas en la semana, acompañados de uno de sus padres o cuidador de confianza (por supuesto, manteniendo las normas de salud), por un rato, para luego ir disminuyendo la presencia del adulto.
- En el caso de aquellos niños más apegados a las rutinas, hay que prepararlos con anticipación, enseñarles sus nuevos horarios y días de asistencia, reforzarlo en la semana en casa y en el colegio, de manera tal que se pueda estructurar y dar un poco de orden a las actividades.
- Si las razones para no querer ir al colegio se relacionan con aislamiento o maltrato escolar, es necesario coordinar el regreso con especialistas, el colegio y la familia.
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