Muchas veces los padres nos quedamos sin ideas para pasarlo bien con nuestros hijos y, al mismo tiempo, conectarnos con ellos. Sobre todo en aquellos fines de semana que son más largos.

Cada vez es más común, con la tecnología, perder con mayor rapidez la atención de los niños. Y mantenerlos ocupados parece un desafío mayor, por lo que hay que innovar. Esto no significa perder tradiciones.

De acuerdo a la psicóloga infantil Josefina Guzmán, el hacer juegos o actividades con tus hijos es crucial, ya que es una de las maneras más efectivas para conectar con ellos. Es parte de su lenguaje. Y si como adultos conectamos con el niño interior que tenemos dentro y dedicamos tiempo y creatividad, podemos fortalecer nuestros lazos.

Pintar huevitos de Pascua

Una actividad pensada para esta fecha es pintar huevos de gallina como si fueran huevitos de Pascua. Es fácil y se estimula la creatividad de los hijos.

Materiales:

  • Huevos blancos duros (se recomienda cocerlos para que sean más resistentes).
  • Pinturas o acrílicos.
  • Delantales para los niños.

La idea es que al pintar, tanto adultos como pequeños sean parte de la actividad y se genere un diálogo con lo que vayan pintando, sin dejar que el celular interrumpa o que la atención se vaya a otra parte. Luego se puede disfrutar del snack, que es saludable y no solo de chocolates.

Buscar huevitos de Pascua

En parques y plazas se puede organizar la búsqueda de huevitos. Así, con ayuda de los padres, los hijos más pequeños podrán entretenerse un buen rato y recolectar las distintas sorpresas que los estén esperando.

Estas búsquedas también se pueden hacer en la casa, lo que les ayudará a trabajar la concentración e interés por encontrar una recompensa, además de desafiar a los padres a pensar en escondites cada vez más difíciles.

La obra de teatro

Para estimular la valentía y creatividad de los niños es bueno trabajar constantemente en el desarrollo de esas habilidades, y nada mejor que una obra de teatro en la que se pueden abordar distintas actitudes.

– Trabajo en equipo: para que la obra resulte bien se requiere coordinación. Ya sea un cuento conocido o inventado por los niños, se necesitará concentración y colaboración.

– Creatividad: hacer disfraces con lo que se tenga a mano, ayudará a que los niños y adultos deban ideárselas para lograr un buen resultado.

– Confianza: como en toda obra de teatro, actuar frente a un público —familiares o inventado— puede ayudar a trabajar la confianza en uno mismo.

Dibujar en las paredes

Con poco se puede hacer mucho, y los niños hablan a través de sus dibujos. Una manera de volver a lo básico es poner en una pared o en el piso muchas hojas o un pliego de papel grande, y pintar con todo el cuerpo, sin miedo a ensuciarse las manos, los pies, el pelo, etc. Pero no solo los niños. Los adultos también deben participar sin tratar de controlar la situación.

Se recomienda darle el pase a los niños para controlar la actividad, que sean ellos quienes elijan los colores, texturas y temáticas. Así, tanto grandes como chicos serán parte de una obra maestra, que parte desde la motivación e inocencia infantil y pueda quedar de recuerdo.

El cuento colectivo

Cuando se tiene a más de un niño a cargo se puede jugar a crear un cuento colectivo, donde cada uno de ellos vaya agregando una frase para ir generando un relato. “Había una vez un niño muy lindo”, parte uno. Y luego sigue otro con lo que se le venga a la mente: “que tenía las orejas feas”. Y así otro y otro, hasta crear una historia en conjunto con la cual pueden ir jugando.

El rol de los adultos acá es mantener la historia dentro de los márgenes sanos e ir añadiendo drama o imaginación cuando se requiera. De esta manera, se puede regular el interés y generar mayor expectativa de continuar el cuento.