¿Cómo ha cambiado la moda para embarazadas?

Marcela Correa, docente de la carrera de Diseño de Vestuario de Duoc UC Sede San Carlos de Apoquindo, explica que en la Edad Media, por ejemplo, la vida de la mujer estaba marcada por su capacidad para procrear. En ese contexto la embarazada debía lucir casi como la virgen María, con leves cambios en cuanto a los detalles del vestuario.

Embarazo oculto

Durante muchos siglos el embarazo fue un tema perteneciente a la intimidad de cada familia. La mujer permanecía en el hogar, salvo cuando asistía a actividades caritativas. Por lo tanto, el vestuario de la embarazada fue por mucho tiempo de silueta holgada en el hogar, pero en el exterior se necesitaba de algunas prendas que ayudaran a pasar desapercibido el embarazo en público.

“Destaca la aparición del corsé adaptado para las mujeres embarazadas y otras prendas como el verdugado, un armazón que ensanchaba el volumen de las caderas y que ocultaba el estado de la mujer. Luego apareció el guardainfante, fabricado con alambres y cintas, y que tenía la misma función. Su nombre aludía precisamente a la posibilidad de ocultar a los niños que venían en camino”, comenta la docente.

Embarazo con orgullo

Marcela Correa explica que el siglo XVII trajo de la mano un enorgullecimiento de la mujer por su abundante silueta embarazada, mientras que el siglo XX impuso nuevas necesidades indumentarias, principalmente por la aparición de mujeres trabajadoras.

Según relata la experta, en 1905 la diseñadora Lena Bryant creó los primeros conjuntos de dos piezas, considerados escandalosos para la época. Recién en 1911 un periódico neoyorquino aceptó publicar avisos de estas prendas.

En 1923 los hermanos Wood, dueños de una compañía de ropa, diseñaron por primera vez vestidos de silueta amplia y corte recto, cambiando así la silueta de la mujer embarazada por décadas.

Telas elasticadas

En 1958 Joseph Shivers, un químico que trabajaba en la empresa norteamericana DuPont, patentó una nueva tela llamada lycra. Desde esa época el elastano ha revolucionado la industria textil, sobre todo para las mujeres embarazadas que han disfrutado de diversas prendas para uso diario.

“Hoy podemos encontrar una oferta ilimitada en cuanto a formas y telas. Creo que la indumentaria de embarazo presenta una gran oportunidad para diseñadores y diseñadoras”, puntualiza.

Cómo lograr mayor comodidad

La experta en moda de Duoc UC entrega a continuación varios consejos que pueden poner en práctica aquellas mujeres que transitan por un embarazo, a la hora de elegir su vestuario:

• Para el invierno chileno se recomienda utilizar vestuario de 3 capas.
• La primera capa debe ser de fibras naturales con mezcla de elastano para hacerla adaptable (algodón, bambú). Esta primera capa protegerá a la mujer embarazada de alergias y posibles enfriamientos por retención de sudor. Uno de los factores más importantes en invierno es mantener el cuerpo ventilado y seco, y este tipo de textiles lo permiten.
• Para una segunda capa se recomiendan telas y formas que puedan conservar el calor y a la vez aportar un toque estético al look. Existe infinidad de telas que brindan estas características dependiendo del estilo de la persona (franela, polar, lanas, sedas).
• Una tercera capa debería ser de abrigo y repelencia al agua, en caso de lluvia.
• En cuanto a la elasticidad de las telas es bueno que la ropa de embarazo siempre cuente con un porcentaje de elastano para que pueda adaptarse al cuerpo cambiante de la mujer embarazada.
• En este tiempo de crisis sanitaria, para estar en casa se recomienda el uso de la primera capa ya descrita, y la segunda o tercera capa podría fusionarse en prendas con mayor elasticidad y capacidad de abrigo, como jersey, franela o micropolares para la zona superior del cuerpo. Para la zona inferior se recomiendan telas elásticas para mayor confort.

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