Por estas razones, en junio pasado un grupo de senadoras presentó una moción que busca establecer los derechos de las mujeres en las atenciones gineco-obstétricas, los derechos del nacimiento y regular la violencia gineco-obstétrica.
La idea es promover el derecho de la mujer a ser tratada con respeto y con reconocimiento de su autonomía por parte del equipo de salud durante la gestación, al momento del parto y durante su puerperio, en el marco de atención de salud de calidad, libre de discriminación y maltrato.
Procedimientos en el parto
Según señala la moción, «en nuestro país durante la atención del nacimiento se practican diversos procedimientos de rutina que no se justifican en mujeres de bajo riesgo obstétrico —que debieran ser entre el 70% y 80% de los casos— y cuyo uso no está recomendado por las guías internacionales y nacionales de atención de salud».
Entre esas prácticas se encuentran:
- La inmovilización de la mujer en la cama con monitoreo electrónico continuo.
- La prohibición de ingerir alimentos y líquidos durante el trabajo de parto.
- El no permitir el acompañamiento de personas de la elección de la mujer durante el trabajo de preparto, parto y posparto.
- La falta de intimidad en el proceso.
- Falta de información.
- La inducción farmacológica y conducción oxitócica sin indicación que lo justifique.
- La rotura artificial de membranas sin indicación que lo justifique.
- Realizar tactos vaginales por horario.
- Episiotomía de rutina.
- Posición litotómica forzada en el parto (de espalda y con piernas abiertas-flectadas).
- La maniobra de Kristeller (presionar el fondo uterino).
- Realizar fórceps profiláctico.
- Separar a la madre del recién nacido después del parto.
El grupo de senadoras explicó que la idea es evitar intervenciones y procedimientos en mujeres que no las requieran, como las pacientes de bajo riesgo, y resguardar el trato respetuoso y la entrega continua de información a todas las gestantes independiente de su condición de riesgo obstétrico.
Violencia gineco-obstétrica
En la misma línea, en agosto pasado la Comisión de Mujeres y de Equidad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó legislar en general la denominada “Ley Adriana” (estancada por 3 años en la Comisión de Salud) que busca dar fin a la violencia gineco-obstétrica en centros de salud y hospitales públicos o privados, así como en todos los espacios donde se preste atención gineco-obstétrica.
De acuerdo con la iniciativa, “una de cada cuatro mujeres atendidas en el sector público recibió violencia física al interior de los hospitales. El 56,4%, señaló haber sido criticada o reprimida por expresar dolor y emociones al momento del parto”.
El proyecto surgió de la lamentable experiencia de una joven de 19 años llamada Adriana Palacios, quien en 2017 acudió 5 veces a su centro de salud en Pozo Almonte e Iquique con dolores intensos y molestias que no fueron atendidas. El personal de salud la sometió a malos tratos, lo que sumado a la demora y la mala atención provocaron que su hija Trinidad falleciera.
El texto de la propuesta ahonda en la situación de la violencia gineco-obstétrica, definiéndola y describiendo los hechos que la constituyen. Estos son algunos de ellos:
- Burlas, insultos, amenazas y cualquier tipo de violencia física o psicológica ejercida contra la mujer en torno a su atención de salud sexual o reproductiva.
- Insensibilidad ante el dolor de la madre.
- Omisión de atención oportuna ante una emergencia.
- Utilización de la mujer como recurso didáctico sin previa autorización y consentimiento escrito a través de un protocolo de consentimiento informado.
- Abuso o negación de medicación solicitada o requerida, a menos que esta aumente los riesgos maternos y perinatales. Esto último debe ser debidamente informado.
- Obligar a la mujer a parir en una posición que limite su movimiento, estar amarrada u otros, sin justificación ni consentimiento de la misma.
Tras la aprobación en general de esta iniciativa comenzará la discusión en particular en la Comisión de Mujeres de la Cámara de Diputadas y Diputados. Todo con el fin de que vea la luz prontamente.
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