Los niños, en su primera etapa de vida, tienen la capacidad de mirar solo en escala de grises. Al mes, recién comienza su proceso de visualización de colores y, alrededor de los seis meses, comienzan a distinguir la mayoría de ellos, siendo los tonos vivos y brillantes, los que más atraen su atención.
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Paula Carrasco, decoradora, asegura que “por lo general, el rosado es el predilecto en la pieza de una niñita, y el celeste para la del niño. Sin embargo, hay una infinidad de colores que nos permiten salir de estos clásicos y darle un tono más alegre a la pieza, sin perder la identidad que le queremos entregar”.
Factores
Para elegir el color más indicado para este dormitorio tan especial debemos evaluar las circunstancias en las que llega nuestro hijo: si compartirá o no habitación con un hermano de distinto sexo o algunos años mayor.
“En el caso que el bebé comparta el dormitorio con un hermano de distinto sexo o con alguna diferencia de edad, las opciones que entrega el color verde son ideales. Destacan los verde agua, verde aceituna, verde manzana claro. El turquesa también es una buena opción, o bien, decidirnos por las variedades de beige u ocres. Estos colores son ideales para ambientes serenos y tranquilizadores”, afirma la decoradora.
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Otro aspecto que hay que tener en cuenta al momento de elegir un color es el tema que le queramos dar a la pieza. Hoy es posible encontrar un set completo sobre un personaje de dibujos animados o programas infantiles, como sábanas, cortinas, cubrecamas, etc. Es habitual que éstos tengan colores primarios, como rojo, amarillo y azul en el caso de los hombres, y en la gama de los rosados en el caso de mujeres. Todos ellos son asociados a lo infantil.
“El tema a elegir sirve de guía para la decoración del ambiente para luego determinar el color de los muros, siempre con un color predominante y otros que lo combinan, logrando una perfecta armonía en el espacio”, enfatiza Carrasco.
Colores y luz en el dormitorio
- Es importante tener en cuenta que los colores cálidos intensifican el movimiento y la energía.
- Por ello no es recomendable utilizar colores como rojos o anaranjados en un dormitorio.
- Pero sí utilizar los amarillos suaves, ocres, beige o color arena, los cuales son grandes estimulantes.
- Los colores fríos invitan al relajo y al descanso, como los turquesa o la gama de los verdes.
- Estos últimos son ideales cuando los niños están recién nacidos, debido a que en esta etapa la mayor parte del día la dedican a dormir.
- La iluminación también cumple un rol fundamental y los colores tienen gran influencia en esto.
- Mientras más suaves, livianos y traslúcidos, aportan mayor luminosidad a la habitación.
- Además, es aconsejable es que la habitación tenga dos tipos de lámparas: una en el centro del techo y la otra en formato de luz de mesa.
- Esta última para utilizarla durante la noche y así no encandilarlo con una luz muy fuerte. Además, ayuda a que el bebé concilie mejor el sueño.
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