Se estima que en 2020 el cáncer pasará a ser la primera causa de muerte en Chile. Según la Estrategia Nacional del Cáncer 2016 del Minsal, 35 mil son los nuevos casos al año en nuestro país. ¿Causas? Envejecimiento de la población (sobre los 60 años la posibilidad de cáncer es 10 veces mayor), tabaquismo, contaminación ambiental, dieta rica en grasas, obesidad y sedentarismo, entre otros.

Los tumores de mayor incidencia en nuestro país, según cifras de Globocan, son los de próstata, mama y estómago; mientras que este último es el más mortal, seguido por el de pulmón y colon. En el origen del tumor siempre pesan mucho más los factores externos; tan solo entre un 5% a 10% de todos los cánceres tienen una causa genética conocida.

Pero mejorar los hábitos no es lo único que puede cambiar el panorama del cáncer. El momento en que se detecta su existencia es otro factor clave: un diagnóstico precoz significa tener mayores posibilidades de curación. Por ejemplo, un cáncer de mama detectado por la mamografía, sin ser aún palpable, tiene 90% de posibilidades de curación.

Más terapias, más mejoría

Pese a los grandes avances médicos, aún la palabra cáncer causa mucho temor entre las personas. Se han perfeccionado los tratamientos y los científicos no dejan de investigar nuevas curas a futuro. A esto se suma la incorporación de terapias complementarias a la medicina tradicional en lo que se ha denominado medicina integrativa.

Sonríe Mamá y Familia conversó con el Dr. Yuri Moscoso, jefe de la Unidad de Medicina Integrativa y jefe de Medicina Paliativa del Instituto Oncológico Fundación Arturo López Pérez, para conocer en qué consisten estas terapias y cuáles son sus beneficios.

¿Cómo nace la idea de incorporar terapias complementarias en el tratamiento de cáncer?

Actualmente ha ido tomando más impulso un modelo bio-médico, que toma en cuenta los aspectos psicológicos, sociales y espirituales del paciente, pero no es la regla. La medicina actual, de alta tecnología, no ha podido hacer frente en forma adecuada a la creciente epidemia de enfermedades crónicas, muchas de ellas relacionadas con el estilo de vida (diabetes, obesidad, hipertensión arterial, cáncer, respiratorias y cardiovasculares).

Dentro de las enfermedades de larga evolución, la preocupación por los aspectos psicológicos y sociales y su repercusión en el bienestar del paciente lleva largo tiempo. Específicamente en el cáncer, la psico-oncología fue desarrollada en 1977 por la Dra. Jimmy Holland en EE.UU., evolucionando desde la incomprensión hasta llegar hoy a ser un requisito para ser acreditado como centro integral de cáncer. Así también, la necesidad de las personas de ser atendidas en sus aspectos psicológicos, sociales y espirituales las ha llevado a buscar respuestas en terapias no convencionales, llamadas terapias complementarias, que abordan al paciente en forma multidimensional. Muchas tienen larga historia, como la medicina tradicional china, ayurveda de la India o el yoga.

Un hito importante es el encuentro y cooperación entre ambas medicinas —convencional y complementaria— desarrollándose en forma gradual en los años 90 un nuevo modelo de atención llamado medicina integrativa: “consiste en el cuidado de la salud centrado en el paciente, informado por evidencia científica, que utiliza terapias mente-cuerpo, productos naturales y/o cambios en el estilo de vida provenientes de diferentes tradiciones, en conjunto con los tratamientos médicos convencionales” (Fuente: Dra. Claudia Witt. A comprehensive definition of Integrative Oncology publicado en el J Natl Cancer Inst Monogr 2017).

¿Cuáles son las características de estas terapias?

Este nuevo enfoque busca las causas profundas de las enfermedades y no solo se centra en el manejo del síntoma. Fortalece la relación del tratante con el paciente, dándose tiempo para el conocimiento, la educación y el hacerlo partícipe activo de su proceso de sanación y/o curación.

Este abordaje debe ser lo más precoz posible. Apenas se diagnostica un cáncer hay que detectar las necesidades y tratarlas. Los pilares fundamentales son el apoyo emocional/psicológico, especialmente el manejo de la ansiedad, el miedo, las preocupaciones, el estrés, las relaciones interpersonales, trabajar el cuerpo a través de la actividad física, la nutrición adecuada, la relajación y el sueño. En el área espiritual, la búsqueda de sentido, trascendencia, conexión consigo mismo y con los otros, con la naturaleza o un ser superior.

¿Qué beneficios se han comprobado?

Existen numerosas publicaciones que demuestran los beneficios de este enfoque multidisciplinario en los pacientes oncológicos. Hay disminución de la ansiedad, mejor adaptación a la enfermedad y adherencia a los tratamientos, menos consultas innecesarias al oncólogo, mejora la calidad de vida, la comunicación con la familia y con el equipo de salud, entre otros. Todo esto se traduce en una mayor recuperación del paciente.

¿Qué incorpora la medicina integrativa?

La Unidad de Medicina Integrativa (UMI) presente en FALP contempla lo siguiente:

Atención psiquiátrica y psicológica:

A los pacientes hospitalizados se les aplica una encuesta llamada Termómetro del Distress, que permite detectar sus necesidades. De acuerdo al resultado son evaluados por uno de los psicólogos de la unidad, quien decide si es pertinente continuar el apoyo con nuevas sesiones de psicología, visita de la asistente social, arteterapia, terapia depurativa o evaluación por la unidad de cuidados paliativos.

Arteterapia:

Utiliza materiales y técnicas artísticas con fines terapéuticos. Permite la expresión de sentimientos/pensamientos, sobre todo aquellos difíciles de expresar en forma verbal. La persona puede reconocer en su obra sus temores, preocupaciones, cambios físicos y emocionales que está viviendo en el presente y conectarse con sus recursos y aspectos sanos. Así mejora la adaptación a la enfermedad y su tratamiento.

Yoga:

Practicando distintas posturas, ejercitando la respiración, técnicas de concentración, meditación y relajación se alcanza un mejor estado de equilibrio, el bienestar físico y mental.

Reiki:

Técnica que permite re-armonizar los planos físicos, emocional, mental y espiritual para alcanzar un estado de paz, equilibrio y relajación.

Pilates:

Actividad física suave y personalizada que combina el movimiento y la conciencia corporal, logrando resultados positivos para la salud y el bienestar general.

Terapia de flor estilo Okada:

Realizando un arreglo con flores naturales el paciente puede expresar sus emociones, lo que ayudará a conseguir un estado de tranquilidad, armonía y alegría.

Terapia depurativa estilo Okada:

Esta terapia de energía permite alcanzar un estado de relajación y disminuir la ansiedad y el dolor.

Asistente social:

Se entrega orientación en temas de vivienda, educación, redes sociales y beneficios previsionales (pensión de invalidez y licencias médicas). También asesoría técnica para la adquisición de sillas de ruedas, bastones, prótesis, entre otros.