En los primeros momentos se lleva de manera inmediata al bebé al pecho de la madre para realizar contacto piel con piel. El médico puede examinar al recién nacido en el pecho de la madre, promoviendo la llamada “hora sagrada”, que es el tiempo ininterrumpido de contacto del recién nacido desnudo y el pecho descubierto de la madre, tras el parto.
Cada centro hospitalario tiene sus protocolos, pero lo ideal es que sea al menos una hora de contacto íntimo donde el bebé realiza naturalmente la primera toma de calostro.
Y es que está comprobado científicamente que la no separación mamá y bebé en las primeras horas de vida, ya sea en parto vaginal o cesárea, contribuye a la lactancia materna.
Oxitocina
El período sensible durante la primera hora después del nacimiento está influenciado de manera significativa por la elevación de los niveles de la hormona reproductiva materna —la oxitocina—, la cual atraviesa la placenta para llegar al bebé.
La oxitocina aumenta considerablemente durante el contacto piel con piel y promueve el apego materno-neonatal, además de reducir el estrés tanto de la madre como del recién nacido.
Consecuencias y beneficios
La falta de contacto piel con piel y la separación temprana del bebé con la madre puede tener consecuencias adversas tales como:
- Perturbar el vínculo materno-infantil
- Reducir la respuesta afectiva de la madre hacia su bebé
- Afectar de manera negativa la conducta materna
Por el contrario, de producirse este contacto los beneficios son los siguientes:
- Menos riesgo de hipotermia en el bebé
- Bajan los niveles de estrés en ambos
- Niveles estables de glucosa en la sangre del bebé
- Se desarrolla el instinto de reptar al pecho materno
- Menos llanto en el bebé
- Se estabiliza el ritmo cardiaco del bebé
Es importante conversar con tu equipo médico acerca de los protocolos de parto, y si existen diferencias al respecto en el caso de ser vaginal o cesárea. Todo esto con la idea de crear un plan de parto donde se exprese el deseo de los padres, donde se respete y se apoye la hora sagrada.
Por: Caroline O’Shee, doula y fundadora de Aldea Mamá. @aldea.mama