La mastitis es una afección inflamatoria de las mamas, la cual puede acompañarse o no de infección. Habitualmente se asocia con la lactancia materna, por lo cual se le conoce como mastitis lactacional.

Producto de esta afección se puede generar una colonización bacteriana que puede desarrollar un absceso mamario, el cual es una colección localizada de pus dentro de la mama, transformándose en una complicación grave de la mastitis.

“Este problema es más frecuente en la segunda y tercera semana posparto y la mayoría de los estudios señalan que entre el 74% y el 95% de los casos ocurren en las primeras 12 semanas posterior al nacimiento del hijo. Sin embargo, puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia, incluso en el segundo año”, indica la enfermera de la Universidad Andrés Bello, Mónica Canales.

Causas

Las dos principales causas de mastitis son la estasis de la leche y la infección. La estasis de la leche en el seno mamario es habitualmente la causa primaria y esta puede acompañarse o progresar hacia la infección o no hacerlo.

La estasis de la leche ocurre cuando la leche no se extrae del pecho eficazmente. Esto puede ocurrir cuando los pechos se ingurgitan precozmente después del parto, o en cualquier momento cuando el niño no extrae la leche que se produce bien de una parte o de todo el pecho. Las causas incluyen mal acoplamiento de la boca del niño con el pecho materno, succión ineficaz del niño, restricción de la frecuencia de las mamadas o escasa duración de las tomas y bloqueo de los conductos lácteos o bien que se acostumbre la madre y el niño a amamantar de un solo pecho.

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Otras situaciones que predisponen a la estasis de la leche incluyen una sobreproducción de leche, o el estar lactando a gemelos o a más niños productos de partos múltiples. Además, pueden existir otras causas mecánicas como son las grietas y fisuras en el pezón.

La mastitis infecciosa se asocia con el desarrollo de cándidas (hongos en el pezón), lo cual es particularmente característico ya que es posible que cuando los pezones están dañados y doloridos como resultado de la candidiasis, una mujer utilice su pecho menos eficazmente, produciéndose la estasis de la leche. “Sin embargo, a menudo la candidiasis sucede al tratamiento antibiótico, y puede ocurrir como consecuencia indirecta de la mastitis más que actuando como factor predisponerte”, precisa la enfermera.

Otros factores predisponentes son el estrés y la fatiga, así como el trabajo fuera del hogar, sobre todo en mujeres que trabajan jornadas laborales de tiempo completo, teniendo largos intervalos de tiempo en el dar pecho y sin darse el tiempo suficiente para la extracción manual de la leche.

Tipos de mastitis

Mastitis no infecciosa:

Cuando no se vacía la leche de parte o de todo el pecho, la producción de leche disminuye y eventualmente cesa. Sin embargo, este proceso tarda algunos días y puede no completarse hasta pasadas 2-3 semanas. Entre tanto, la leche acumulada puede originar una respuesta inflamatoria.

La inflamación es la responsable de los signos y síntomas de la mastitis. Parte del pecho está doloroso, enrojecido, hinchado y endurecido. Habitualmente, sólo se afecta un pecho. La mujer a menudo tiene fiebre y se siente enferma.

Mastitis infecciosa:

La mastitis infecciosa se produce si no se resuelve la estasis de la leche y se supera la protección proporcionada por los factores inmunitarios de la leche y por la respuesta inflamatoria. Debe tener claro que la leche humana fresca no es habitualmente un medio adecuado para el crecimiento bacteriano y para que ocurra la infección deben existir condiciones que impidan al pecho destruir y eliminar bacterias. Podría esperarse que la dirección natural del flujo de leche a lo largo de los conductos, cuando se extrae eficazmente, eliminase cualquier organismo hacia el exterior del pecho.

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Los signos y síntomas de la mastitis infecciosa son muy similares de la mastitis no infecciosa. Habitualmente, solo está afectado un pecho y parte de él se pone rojo, doloroso, hinchado y endurecido, y puede haber síntomas generales de fiebre y malestar general, además se pueden encontrar grietas en el pezón.

Absceso mamario:

El pecho que está lactando, como cualquier otro tejido infectado, focaliza la infección mediante la formación de una barrera de tejido de granulación alrededor de ella. Esta se convierte en la cápsula del absceso, el cual se llena de pus, es muy dolorosa, con enrojecimiento, calor y edema de la piel que lo recubre.

Prevención

Mónica Canales precisa que estos problemas pueden prevenirse en gran parte si la lactancia materna se guía adecuadamente desde el principio para evitar las situaciones que la producen y si se tratan rápidamente los signos precoces como la ingurgitación, el conducto bloqueado y el dolor de los pezones.

Las mujeres y quienes las asisten necesitan conocer el manejo eficaz de la lactancia al pecho, tanto para alimentar adecuadamente al niño como para mantener sanos los pechos.

Recomendaciones

  • Comenzar el amamantamiento precozmente, si las circunstancias lo permiten, en el momento del parto o en las primeras horas posteriores al nacimiento del niño.
  • Asegurarse de que el niño está bien acoplado al pecho.
  • Amamantar sin restricciones, tanto en la frecuencia como en la duración de las tomas.
  • Permitir al niño que termine en un pecho, antes de ofrecer el otro. Sin embargo, se debe establecer un patrón en el cual el niño amamante de ambos pechos.
  • Amamantar exclusivamente al pecho durante al menos 6 meses, esto quiere decir no dar al niño nada más que la leche materna, ni aguas, ni infusiones, las puede tomar la madre y se traspasará al niño.
  • Acudir a su centro de salud si tiene dudas respecto de cómo amamantar. En la gran mayoría de ellos existen clínicas de lactancia con profesionales capacitados para ayudarla y orientarla.

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